A los mallorquines no les gusta que su isla vaya a convertirse este invierno en una potencia importadora de basura europea. O al menos no les gusta a los más de 2.500 ciudadanos que ayer, entre las once y las doce del mediodía, y pese a la lluvia intensa y helada que batió la mañana del sábado, se echaron a la calle para exigirle al Consell, gobernado por el PP, que paralice la descarga de 40 millones de kilos de residuos que han empezado a llegar desde Cataluña a la isla, para abastecer la planta de incineración de la empresa Tirme. Lo dejaba claro la presidenta del grupo ecologista GOB, Margalida Ramis, que criticaba "los intereses oscuros que mueve la importación de basura", en referencia a las empresas dueñas de Tirme: FCC, Iberdrola, ENEL y Urbaser. "La oposición social a quienes quieren convertirnos en el vertedero de Europa es general, por lo que esta no será la última protesta", avisaba Ramis, que agradecía el esfuerzo de quienes desafiaron al cielo en uno de los peores días de lo que va de invierno y poblaron la manifestación. La marcha formó una cadena de ida y vuelta de 2,8 kilómetros de longitud entre el muelle comercial del Varadero y el edificio GESA. Detrás, la imponente estructura de la Seu, que esta semana también ha visto llegar los primeros barcos con basura de Sabadell. "Por eso nos ponemos en primera línea de costa, formando un cordón sanitario como los que antes montaba la sociedad cuando se acercaba a la isla un barco con peste", explicaba Ramis, respaldada por 2.500 ciudadanos y por destacados militantes del PSOE, el PSM y Esquerra Unida. "Ojalá sirva para que el Consell reconsidere esta barbaridad", decía Ramis.

"No huele: apesta"

Poco después, informa Efe, el gerente de la empresa de Sabadell que ha empezado a mandarle la basura tratada a Mallorca, Foment del Reciclatge, aseguraba que cumplen la normativa europea, que su basura no es es tóxica y que tienen la intención de continuar con el envío de 40 millones de kilos de detritus para abastecer a la planta de Tirme en Son Reus. Trabajadores del puerto, por su parte, explicaban ayer a este diario que la basura de Cataluña "viaja en cubierta del barco, como cualquier mercancía peligrosa", y advertían de que no son los paquetes cerrados e inodoros de combustible prometidos por Tirme, sino basura a granel "que no huele: apesta".