"Modelos de colaboración en la sanidad pública y privada". Con este título seis expertos sanitarios analizaron ayer tarde en el club DIARIO de MALLORCA, en una conferencia organizada por el Colegio de Médicos, el modelo que representa en la sanidad privada la prestación médica que se presta a los funcionarios que eligen la mutualidad de Muface. Gustavo Blanco, director general de esta organización pública, explicó que en estos momentos "hay 1,5 millones de funcionarios que apuestan por este modelo", que permite al usuario ser atendido en la sanidad privada en vez de acudir a la sanidad pública. Blanco afirmó que este modelo, que en Balears cubre la cobertura sanitaria de 28.000 personas, "está asegurado" y permite a los usuarios elegir el cuadro médico que desean. "El modelo sirve para aliviar el sistema público de sanidad y reducir las listas de espera". El presidente del Colegio de Médicos, Antoni Bennàsar, que actuó de moderador, señaló que en estos momentos "el 90% de los funcionarios eligen Muface" y resaltó que el coste por paciente es menor, tanto en asistencia como en farmacia, que en la sanidad pública. Sin embargo, Bennàsar también señaló que cada vez son más las compañías de seguros que salen de este sistema debido a que no es económicamente rentable.

La conferencia contó con la intervención de dos médicos, Juan Gual y Carlos Fuentes, y de dos representantes de las compañías aseguradoras, Enrique Novo, de Mapfre, y Andreu Artigues, de Asisa. Todos ellos se mostraron a favor de continuar apostando por este modelo de prestación sanitaria, aunque con una mejora de las condiciones, sobre todo para el médico que atiende a estos pacientes. Así, Juan Gual explicó que a su juicio esta mutualidad de funcionarios es un servicio excelente porque permite "al usuario elegir la sanidad que quiere". Explicó que los dos millones de funcionarios que la utilizan ayuda a descongestionar la sanidad pública y resaltó también que en esta sanidad privada que reciben estos usuarios las listas de espera apenas existen. Sin embargo, a su juicio la debilidad se plantea en que cada vez la mutualidad atiende a una población más envejecida, que requiere más atención por parte del médico, al tiempo que los honorarios para los profesionales sanitarios llevan años congelados.

Andreu Artigues, delegado territorial de ASISA, señaló que en estos momentos son muchas las consultas privadas que se nutren, en su mayoría, de pacientes que proceden de esta mutualidad, por lo que apostó por seguir con este sistema. Sin embargo, explicó que los problemas de financiación obligan a las compañías, no solo a reducir el precio de las consultas, sino de ir reduciendo sus cuadros médicos.