La fiscalía de Palma ha solicitado al juez que reclame la lista de vuelos que se vieron afectados por la huelga encubierta que protagonizaron los controladores aéreos, que motivó que miles de pasajeros se quedaran en tierra al quedar paralizado el espacio aéreo de todo el país.

Esta petición, planteada ante el juez Joan Catany, que tramita la causa contra el colectivo de controladores de la torre de control de Palma, todavía no se ha resuelto, aunque se prevé que se acepte. El juez ya había solicitado a Aena que concretara los sueldos de los trabajadores de la torre de control, ante las hipotéticas indemnizaciones que se iban a fijar por los perjuicios que provocó la movilización inesperada de este colectivo, que provocó un auténtico caos por la imposibilidad de volar.

Aunque en su momento se habló de decenas de vuelos afectados por esta movilización laboral de los controladores, el fiscal quiere que se concrete qué aviones se quedaron en tierra por el cierre del espacio aéreo. El objetivo de esta prueba es calcular el número exacto de los pasajeros del aeropuerto de Palma que no pudieron salir de viaje en el puente de la Constitución y el coste económico que supuso esta huelga encubierta para las compañías, ya que la mayoría de ellas decidió devolver el dinero de los billetes de avión y asumir las pérdidas económicas.

Hace varios meses los fiscales de todo el país decidieron realizar una iniciativa conjunta para resolver este caso, que se está investigando en diferentes juzgado. En Palma el juez ya ha tomado declaración, tanto a los controladores que se negaron a trabajar ese día, como a los pasajeros que no pudieron volar. Cada afectado contó su experiencia personal, pero se produjeron casos cuando menos lamentables, como el de un pasajero que tenía que realizar un viaje urgente a la Península al agravarse la enfermedad de su padre y cuando llegó a su destino ya había fallecido, sin tener la posibilidad de despedirse de él.

Hasta el momento ninguno de los trabajadores de la torre de control ha reconocido que se trato de una acción conjunta. Todos ellos han declarado que, de repente, notaron una indisposición que les impedía mantenerse en sus respectivos puestos de trabajo, pero no han reconocido, como así creen los investigadores, que esta maniobra laboral había sido previamente decidida en una reunión que habían tenido esa misma mañana todos los controladores aéreos en un hotel de Palma.

A diferencia de lo que ha ocurrido en otros juzgados, la fiscalía de Palma no tiene previsto solicitar el archivo de este caso.