El caso de Pere Barceló no es el único de contenido sexual relacionado con un sacerdote mallorquín. El Juzgado de lo Penal número 3 de Castellón condenó el pasado día 14 de este mes de diciembre al expárroco de la localidad de Vilafamés, el mallorquín Rafael Sansó, a dos años de prisión por distribuir pornografía infantil, aunque le suspendió la pena con la condición de que no delinca y comunique sus cambios de domicilio durante cinco años.

Así lo recogió la sentencia que se dictó de conformidad con lo aceptado por las partes, en la que también se acuerda el decomiso y destrucción de los discos duros intervenidos en las actuaciones, que contenían diversas imágenes y vídeos de pornografía infantil.

Sansó fue detenido por miembros del Grupo de Delitos Telemáticos de la UCO de la Guardia Civil el 10 de noviembre de 2010, en el marco de una operación contra la distribución de pornografía infantil.

El párroco formaba parte de una comunidad cerrada de pedófilos, a la que se accedía previa invitación y aportación de nuevo material, y a la que accedió desde ordenadores de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Vilafamés y del Ayuntamiento de Manacor. Se le incautaron más de 21.000 archivos pedófilos durante el registro de la parroquia.