Unidad y firmeza del Estado frente al independentismo catalán, resignación ante los "inevitables" recortes y llamadas al consenso entre los partidos para salir de la crisis. Estos fueron los ejes centrales de los discursos, ayer, de la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, y del presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, en el acto del XXXIV aniversario de la Constitución española.

Palmer arremetió con dureza contra el movimiento separatista en Cataluña liderado por Artur Mas, si bien la delegada evitó citar directamente al presidente catalán. "En una etapa tan complicada como la que estamos atravesando, la unión de todos los rincones de España es fundamental", sentenció Palmer. "Esta unidad", prosiguió la delegada, "que algunos ponen en entredicho por motivos ajenos a la historia, motivos individuales y personalistas, tiene que ir acompañada de un profundo sentimiento solidario, sobre todo de los que más tienen hacia los que menos, de aquellos que, con su buen hacer y su esfuerzo, pueden y deben tirar del país".

Palmer se mostró "convencida" de que "España saldrá reforzada tanto de esta dura travesía económica, sin duda gracias al trabajo, esfuerzo y tesón de nuestro Gobierno, como de los intentos de desestabilización o ruptura de algunos con poco sentido de Estado, más preocupados por un supuesto legado individual que por los intereses de los millones de personas que representan".

La delegada destacó que la Constitución "es el cimiento de la unidad de España", y "se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles", dijo citando el artículo 2 de la Carta Magna. Para Palmer, "no es honesto que se utilice el argumento del mal reparto, cuando ha sido la solidaridad entre todos lo que hizo que los españoles levantaran un país moral y políticamente hundido". Como tampoco "no es justo argumentar proyectos de desunión basándose en las diferencias, cuando estas diferencias son precisamente nuestro tesoro, nuestra mayor riqueza".

La representante del Ejecutivo central en las islas afirmó que "si queremos que España vuelva a crecer dentro de un año, en 2014, como han pronosticado recientemente el presidente Rajoy, y organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, los gobernantes y los responsables políticos no podemos perdernos en debates estériles". Palmer también defendió la "toma de decisiones normalmente complicadas y casi siempre impopulares, pero en el fondo inevitables, para alcanzar la recuperación económica".

Más comedido y sin referencias tan directas a Mas o a Cataluña, el presidente Bauzá enfatizó que en estos momentos "tiene que permanecer más viva que nunca la voluntad de unir a los españoles y no de separarlos".

Para Bauzá, "existen diecisiete maneras de sentirse español", en alusión a las Comunidades Autónomas, lo que constituye "nuestra grandeza". El presidente apeló a gestionar la descentralización del Estado con garantías, ya que de lo contrario, "la autonomía sin responsabilidad conduce a un laberinto", y se mostró partidario de que cualquier cambio o revisión del modelo territorial se debe hacer "entre todos". "Ahora, como en 1978, se hace necesario olvidar querellas y sectarismos", señaló Bauzá, animando también a huir de "los demagogos, los grandes enemigos para esta comunidad porque confunden, distorsionan y no permiten avanzar a nadie".