­­El meteorólogo de TV3, Francesc Mauri, ha inaugurado los cursos del Servicio Lingüístico de la UIB con la conferencia El temps de TV3 un referente, también lingüístico.

„¿El Temps de TV3 ha sido un referente lingüístico?

„TV3 normaliza la lengua y tanto el público que habla catalán como el que habla castellano se encuentra cómodo. Desde el primer día, en 1983, se quiso romper con el hombre del tiempo frío y distante del parte hecho desde Madrid porque la información era a nivel estatal. TV3 intentó acercar el tiempo a los espectadores de una forma plana y didáctica, recuperando un vocabulario meteorológico muy rico.

„Vuestro espacio ha influenciado a otras cadenas.

„La influencia es clara. De hecho, TVE fichó a una compañera de TV3. Además, los meteorólogos del canal Meteo, que daba servicio a distintas plataformas de telefonía móvil y periódicos, ahora están en distintas televisiones autonómicas. Iniciamos lo de enseñar fotografías, imágenes de radar... y hemos sido hilo conductor.

„¿Por qué el espacio del tiempo ha cogido tanto importancia?

„La meteorología es importante para nuestra vida. Los transportes terrestres, marítimos o aéreos y las actividades comerciales, de ocio o de turismo necesitan un pronóstico. En este sentido, el espectador está cómodo recibiendo una información que le servirá para desarrollar su actividad profesional o personal porque le interesa y la siente como propia.

„¿La interacción con el espectador enriquece la información?

„Es un feedback, también nos enriquece a nosotros. Esta interacción nos aporta muchos conocimientos porque recibimos datos, fotografías o comentarios de detalles que nos benefician y, a la vez, enriquecen a los espectadores. Es una bola de nieve de colaboración que va creciendo.

„¿Algún error de predicción garrafal?

„No recuerdo un error garrafal pero tenemos aciertos muy grandes. Había un equipo subiendo a la Aconcagua en el programa El cim. Estaba nevando, era el último día que podían subir a lo alto de la montaña desde el refugio y estaban agotados. El guía argentino les aseguraba que la nevada no pararía. Nos llamaron. Yo estaba de guardia, consulté los mapas y vi que la mejora era muy clara: pararía la nieve, el viento y la temperatura empezaría a subir. Les dije que si a primera hora de la mañana aún nevaba, que siguieran adelante porque mejoraría. Así fue.

„¿Les recriminan los fallos?

„El sector agrícola o pesquero conoce muy bien la meteorología y es consciente de la dificultad para hacer pronósticos. En cambio el sector más urbano y turístico es exigente pero el pronóstico meteorológico tiene limitaciones. Predicciones meteorológicas equivocadas hemos hecho muchas. Si el 80% o 85% de los pronósticos a 24 horas son acertados, quiere decir que en un 15% o 20% nos equivocamos. Si el error es ligero, pasa. Pero si un día vendes que tiene que llover mucho y luego luce el sol, el error se ve y hay sectores, como el turístico, que te lo recrimina.

„El jueves las máximas rozaron los 30 grados. ¿Es normal?

„No es lo más habitual pero tampoco es excepcional. Aquí el otoño está hecho a base de extremos. Con el calentamiento global, estos extremos tienden a acentuarse más. A principios noviembre hemos visto gente en las playas tomando el sol, por ejemplo, el año pasado por Todos los Santos

„¿Las predicciones a largo plazo son una tarea pendiente?

„Sí, pero sobre todo hay que hacer más fiables las predicciones de corto plazo para afinar lo máximo posible territorialmente. En el Mediterráneo occidental y, en particular, en las islas no es fácil. Puedes prever chubascos tormentosos pero en las islas es una lotería. En la península es relativamente fácil enganchar tierra firme pero en medio del mar no es tan fácil. En primavera y otoño, hay unas determinadas situaciones que prácticamente con el pronóstico que haces estás diciendo que es una lotería. Sabes que habrá lluvias y tormentas pero no sabes ni el lugar ni el momento.

„¿Qué encanto tiene el Mediterráneo?

„Josep Maria Jansà (padre del meteorólogo de la Aemet, Agustí Jansà) era uno de los mejores conocedores del Mediterráneo y lo definió como la olla rodeada por los Alpes al norte, el Atlas al sur, el sistema ibérico al oeste y las montañas de Córcega y Cerdeña al este. En esta olla se cocinan perturbaciones de presiones con mucha facilidad y el Mediterráneo se convierte en un territorio endiablado.