El barómetro sanitario elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en 2011 ha puesto de manifiesto que el 65,3% de los baleares cree que las listas de espera siguen igual o han empeorado en el último año. Tan sólo el 15,6% de los encuestados respondió que creía que habían mejorado mientras que el 19,07% declinó responder a este asunto alegando que lo desconocía.

Los resultados de esta encuesta, realizada el pasado año, valoran la gestión sanitaria efectuada tanto por el Govern anterior como por los responsables de la conselleria de Salud designados al comienzo de esta legislatura por el president popular José Ramón Bauzá.

Por ello, tanto a los antiguos como a los actuales gestores sanitarios les debería preocupar que el 36,85% de los baleares encuestados considerara que las autoridades sanitarias no estaban llevando a cabo acciones destinadas a mejorar las listas de espera. No obstante, un porcentaje ligeramente superior, el 38,46% de los consultados, opinaba que sí se hacían cosas para hacerlas menos insoportables. Por contra, casi el 25% de los encuestados decía desconocer si se estaban llevando a cabo actuaciones para reducirlas.

La percepción de los baleares es que la sanidad pública presta los mismos servicios a los ciudadanos independientemente de la comunidad en la que residan. O al menos eso es lo que opinaron el 58,74% de los ciudadanos de este archipiélago, porcentaje bastante superior a la media nacional, en la que tan sólo el 44,66% de los encuestados creía que la equidad en la sanidad pública no es una entelequia. Sin embargo, un 6,25% de los encuestados opinaba que los servicios sanitarios que recibían eran mejores a los que se prestan en otras comunidades autónomas y, en el polo contrario, un 7,49% creía que eran peores.

Casi uno de cada cuatro encuestados (el 23,45%) consideró que la sanidad pública está mejor gestionada por las comunidades autónomas que por el Gobierno central, el 38% opinó que, cuando menos, las autoridades locales lo hacen igual que las centrales y tan sólo el 6,87% opinaba que lo hacen peor que antes de ser transferidas las competencias.

La confianza en la sanidad pública se impone a la que genera la asistencia privada, a tenor de los resultados de una encuesta en la que el 63,74% de los consultados acudiría a un servicio público si tuviera que acudir a Atención Primaria, el 54,05% preferiría acudir a una consulta de un especialista que trabajara para el Govern y el 57,8% de los entrevistados preferiría ser ingresado en un hospital público. También las urgencias públicas ganan a las privadas, ya que seis de cada diez consultados dijeron que optarían por ellas en caso de necesidad.

En unos momentos en los que a los inmigrantes sin papeles se les arrincona en la atención sanitaria urgente, cobra especial relevancia la respuesta dada por uno de cada cinco encuestados en Balears en la que aseguraron que acudieron a los servicios de urgencias hospitalarios alegando que no conocían que se diera esta prestación en Atención Primaria.

Horario incompatible

Asimismo, un 33,39% dijo que acudió al hospital porque su indisposición repentina no coincidió con el horario de su médico de cabecera mientras que el 6,69% aseguró que acudió al hospital porque donde pasa consulta su médico o pediatra no se atendían urgencias médicas.

Un 24,39% de los encuestados alegó que acudía a las urgencias hospitalarias porque consideraba que allí se disponían de más medios para su atención y un 2,24% confesó que recurrió a esta estratagema porque consideraba que le habían dado cita con el especialista demasiado tarde para el problema de salud que tenía. Asimismo, el 4,43% de los baleares entrevistados en este barómetro sanitario justificó su asistencia a las urgencias hospitalarias porque en el momento de necesitar la atención se encontraba fuera de su residencia habitual.

El 73,73% de los encuestados dijo que acudió a las urgencias hospitalarias por iniciativa propia, el 16,41% al ser remitido por su médico de cabecera, el 4,92% desde urgencias de Primaria y el 4,94% por un médico privado