Sobre el dintel de la puerta todavía cuelgan las palabras ´Centro Control Área´. De ese Centro no queda ni rastro. En el hall de entrada, tras un mostrador, se sienta Cecilia Losa. Los despistados le preguntan por avionetas, aunque ella no está para responder información aeronáutica. Cecilia es la recepcionista del primer alojamiento emplazado en un aeródromo de Balears.

El pasado 1 de julio abrió en Son Bonet el ´Live Mallorca Hostel´, un albergue con capacidad para 60 huéspedes. Las antiguas dependencias del gestor público Aena se han reconvertido en habitaciones compartidas de ocho, seis, cuatro y dos personas equipadas con baño y taquillas. La tarifa en la estancia más grande cuesta 25 euros con desayuno y juego de sábanas y toallas incluido. El dormitorio para parejas sale a 40 euros por persona y noche. En temporada baja y de domingo a jueves el precio se reduce en cinco euros.

El establecimiento no es un hotel de cinco estrellas con turistas recién aterrizados de Londres o Fráncfort. Pese a la cercanía de las pistas de despegue, los clientes llegan en coche de alquiler o caminando cinco minutos tras bajarse del metro o del autobús de la línea 3. Los huéspedes portan mochilas y no les importa dormir en literas. Tanta sobriedad no se traduce en juergas etílicas ni es sinónimo de estrechez. Al contrario, como sucede en albergues de medio mundo, los jóvenes buscan un ambiente multicultural y se gastan el dinero en museos y deporte.

Por los pasillos del ´Live Mallorca Hostel´, enumera Cecilia, han pasado taiwaneses con pasaporte diplomático, estadounidenses, brasileños, finlandeses, italianos o ingleses. Y una danesa. Se llama Anja y su novio trabaja en Son Bonet como piloto de helicópteros. "Aquí me ahorro mucho dinero y todo esto es muy tranquilo", sintetiza Anja. Salvo las aeronaves de los forestales, que al despegar lo llenan todo de polvo, no se escucha ni un alma.

Varias empresas propusieron a Aena la idea del hotel pero solo el empresario Jordi Mora "se mostró insistente", explica la coordinadora del establecimiento, Mercedes Miralles. "Llevábamos dos años detrás del proyecto. Fuimos a hablar con la dirección de Aena, en Madrid, y al final conseguimos que nos arrendaran el edificio", condensa Miralles.

Jordi Mora administra un conglomerado de sociedades dedicadas a la formación, cuyo buque insignia es la Escola Superior Balear. La enseñanza privada se ha visto golpeada por los recortes presupuestarios de empresas y sector público. "El Govern nos debe la financiación de cursos para parados desde 2008", repasa Mercedes. Empujado por su afición al viaje mochilero y la necesidad de diversificar la actividad, Jordi Mora apostó por el albergue de Son Bonet. Si funciona, planea inaugurar otro en el centro de Palma.

Pero esa es otra historia. El futuro se escribe en presente. El lunes estaban alojadas siete personas. Durante el invierno la viabilidad del proyecto se sustentará en los trabajadores de los helicópteros y en los estudiantes de piloto o auxiliar formados en las academias de Son Bonet. A esta clientela potencial se podrían sumar equipos deportivos de paso por la isla.

De momento, el ´Live Mallorca Hostel´ da empleo a tres personas con discapacidad física o psíquica. Cecilia sufre una artritis en las manos que pasa desapercibida gracias a su cara risueña. Trabajó de secretaria en la patronal Caeb pero con los "recortes" de las subvenciones públicas, se acabó el empleo en la sede de los empresarios. Después de una mala experiencia personal, ha encontrado acomodo en la recepción del albergue. "Los clientes son muy simpáticos. Antes de salir nos preguntan por restaurantes de comida mallorquina. Nos dicen que ellos no han venido a Mallorca a comer sushi", relata.

El albergue se comercializa a través de internet, en páginas como Booking.com. El gigante on line destaca el aire acondicionado de las habitaciones y su proximidad a Palma €"a seis kilómetros del centro"€ . Se olvida de la seguridad de las instalaciones. "A partir de las once de la noche hay que presentar la documentación en la garita de entrada al aeródromo", explica Cecilia.