El buzón bordea el colapso. El plazo para solicitar empleo en los establecimientos de Luabay, la división hotelera del grupo Orizonia, finalizó el martes. Ahora, el departamento de recursos humanos de la cadena mallorquina se enfrenta a una criba titánica. La previsible lluvia de solicitudes ha derivado en una riada. Para cubrir los cien puestos de trabajo ofertados en los tres alojamientos de Cala Major se han recibido 9.100 currículos.

"Los perfiles demandados se refieren a personal de recepción, cocina, restaurante, bar, limpieza y servicios técnicos. Son, en esencia, el engranaje de profesionales para lanzar nuestras tres instalaciones como hoteles de referencia", precisa el director general de Luabay, Miguel Sierra. En época de cierres y despidos, propuestas laborales de esta envergadura concitan un interés extraordinario. Hasta el punto de superar todos los pronósticos.

La operación arrancó el pasado año, cuando la compañía asumió la gestión de tres inmuebles con capacidad para 408 clientes. Después de ocho meses de obras para elevar su categoría hasta las cuatro estrellas –aun hoy se están dando los últimos retoques–, el proyecto ha entrado en su recta final. Llega el momento dotar de contenido humano a los establecimientos La Cala, Costa Palma y Marivent.

"Sin el concurso de estas cien personas sería imposible nuestro desembarco en Cala Major, donde nos hemos propuesto relanzar una zona de indiscutible potencial", destaca Miguel Sierra. "En la selección primará la experiencia previa y la titulación de los candidatos, además de la sensibilidad hacia el talento joven. Para nosotros es muy importante el entusiasmo, las ganas de comprometerse con el proyecto de Luabay", apostilla.

Cuando se resuelva el proceso, a los elegidos les habrá tocado la lotería. Sus posibilidades se acercan a la de un jugador de quinielas. La relación de empleos y pretendientes se sitúa en noventa a uno. No tiene parangón en nuestros días pese a que en Aragón se llevan las manos a la cabeza porque 4.347 personas optan a 552 plazas de médicos o trescientos investigadores suspiran por un hueco en el sistema de ciencia y tecnología del País Vasco.

El director general de Personas de Orizonia, Álvaro Vázquez, todavía está atónito por el eco alcanzado en las redes sociales. "Nos ha sorprendido la circulación de las ofertas entre usuarios de Facebook, Twitter o LinkedIn. [Estos portales] se han revelado como una fuente importante de currículos", atestigua. Álvaro Vázquez subraya "la solidaridad" de los candidatos, rivales en el proceso de selección pero compañeros en las plataformas 2.0.

Entre los aspirantes predominan residentes de Balears, aunque también han brotado solicitudes del resto de España y, "en algún caso aislado, del extranjero", explica el responsable de recursos humanos de Orizonia. "Para las plazas de prácticas sí hemos detectado una considerable afluencia de peticiones de escuelas de hostelería extranjeras", precisa.

Orizonia organizará en breve una jornada en la Escuela de Hostelería de la UIB para captar alumnos tanto en calidad de prácticas como de empleados. Quizá ellos tengan más opciones que los 9.100 aspirantes.