Todo el interés del próximo congreso regional del PP balear, el 1 y 2 de junio, se resume en una única cuestión: ¿Quién va ser el próximo secretario general? José Ramón Bauzá ha ahondado el abismo entre Govern y partido que ya abriera su antecesor Jaume Matas, desoyendo ambos los consejos de Gabriel Cañellas, para quien, sin la formación política detrás, ni ganas elecciones ni eres nadie.

Desde que está en el Consolat, son contadas las ocasiones en las que Bauzá ha reunido a los órganos de dirección, cuyos miembros se han convertido en auténticos ´floreros´, pues ni los alcaldes de Manacor e Inca, Antoni Pastor y Rafa Torres, pueden actuar como vicepresidentes, por mucho que lo sean, ni Miquel Ramis puede cortar el bacalao pese a ser el secretario general. Bauzá ejerce el mando único, y solo reúne a las juntas cuando ha tomado las decisiones, para que se las bendigan sin rechistar. El principio de autoridad militar que rige hoy en el PP balear no permite que la discrepancia hacia el líder –que la hay– cobre forma de candidatura alternativa. La imposibilidad de que haya rival permitió incluso a Bauzá afirmar con disimulada sorna esta semana que, en el caso de que le surgiera un contrincante en el último momento, lo primero que haría sería "darle la enhorabuena".

Con tal contexto, los propios ´populares´ confiesan que la única incógnita que les merece atención es quién ocupará el puesto de número 2 del partido, o dicho de otro modo, quién se encargará de ejecutar las órdenes de Bauzá en el día a día del PP. Ni los acérrimos partidarios de José Ramón Bauzá son capaces de señalar un nombre con certeza, solo existe unanimidad en que Ramis no repetirá –"Miquel tiene criterio propio, no es el perfil que guste al presidente", describe un veterano de la casa–, y será sustituido por alguien de la máxima confianza de Bauzá. "Hay poco donde elegir", asevera sin poder dejar de reír la garganta profunda.

Pocos entre los que elegir

Los designios del líder del PP son inescrutables, aunque cada vez más predecibles. Desde que cayera el ´presidente´ de facto del Consell de Mallorca, Jaume Crespí, el ´sanedrín´ de Bauzá es cada vez más reducido, y solo lo integran Javier Fons (su jefe de gabinete); Martín Juaneda (jefe de la Oficina de coordinación del gabinete), y Antonio Gómez (conseller de Presidencia). En la versión más llana, "el oráculo del presidente, el que le para los ´marrones´, y el que telefonea para dar las instrucciones en su nombre". Cuando un alcalde o un conseller habla con alguno de estos tres asesores áulicos, sabe que es como si lo estuviera haciendo con el propio Bauzá.

Hace unos meses, los veteranos del PP se decantaban por Gómez como el sustituto de Ramis. Ante el mínimo conato de rebelión interna, el conseller de Presidencia ha puesto firmes a los protagonistas. Fue muy comentada la reunión urgente que provocó entre Pere Rotger, Rafa Torres y Cristòfol Soler, en la mansión del primero, cuando el alcalde inquer recibió una llamada de Gómez advirtiéndole de las consecuencias de aprobar mociones a favor del catalán con el PSM. El alcalde de sa Pobla Biel Serra también conoce la ira del conseller. Del ´sanedrín´, Gómez es sin duda el más odiado en el PP, que en privado se recrea en su anterior oficio de guarda forestal en Lluc, para menoscabar sus méritos.

La hipótesis de que Bauzá hará una remodelación de Govern tras el congreso, permitiendo una salida digna a Gómez, sigue viva, aunque el entorno presidencial le quita credibilidad. De producirse, en esta primera crisis del Ejecutivo muchos ´populares´ también señalan la salida de Carmen Castro, pero otro conseller de Salud ibicenco se vislumbra imposible, y ya se sabe que en el PP y el PSOE balear, las cuotas isleñas son intocables.

Descartada la posibilidad de Fons, por su perfil más técnico que político, nos queda Juaneda. Licenciado en Historia, este treinteañero entró a trabajar en la sede del PP de la mano de José María Rodríguez, al que sigue preservando intacta lealtad. Sobrevivió con Rosa Estarás y temporalmente con Miquel Ramis, si bien con ambos no pasó de secretario raso. Alguien que ha seguido de cerca su trayectoria, sentencia que "ha sabido ´navegar´ bien con todos, y cuando Bauzá empezó a aterrizar por la sede, se ganó su total confianza, y se lo llevó al Govern".

Hermetismo absoluto

Al igual que a Gómez, en el PP cainita dedican a Juaneda duros descalificativos, irreproducibles por pudor. Sin embargo, a día de hoy es el nombre que más suena como futuro número 2 del partido, aunque él lleva meses diciendo a sus íntimos que no le gusta el cargo de secretario general y prefiere "estar como estoy".

En el PP balear más hermético de la historia, todo son cábalas. La vieja guardia del partido sigue de cerca los movimientos del líder novel, y uno de sus más duchos integrantes avanza dos nombres "que pueden dar sorpresas, casi seguro que tendrán importantes responsabilidades en la nueva dirección". Es así como señala a los jóvenes diputados Óscar Fidalgo y Quico Mercadal, ambos licenciados en Derecho y próximos al presidente, especialmente el segundo, amigo personal de Bauzá, que ya le nombró para un cargo de confianza en el Ayuntamiento de Marratxí mientras fue alcalde.

Sin estar ni mucho menos en la guardia pretoriana de Bauzá, solo un nombre femenino flota en el aire para este congreso, Mabel Cabrer. Es la única exconsellera de Matas que ha logrado sobrevivir a la criba presidencial. Bauzá no tiene plena confianza en ella como con los anteriormente citados, pero le ha demostrado fidelidad y por eso le encarga destacadas labores, como presidir de nuevo la organización del cónclave.

A falta de otro combate Carlos Delgado versus Bauzá, los demás alicientes del XIV congreso del PP se centrarán en cuándo abandona Pastor el rebaño, los pueblos con más votos en blanco –en la práctica, un ´no´ a Bauzá–, y sería una ocasión propicia para que el conseller Biel Company se afilie, y quién sabe, también ocupe algún puesto de los que quedarán vacantes.