Los meteorólogos de las islas y de toda España están de fiesta. Motivos, tienen. El servicio de meteorología cumple 125 años y ayer, Día Meteorológico Mundial, lo celebraron. No fue por todo lo alto porque las restricciones presupuestarias están al orden del día. Eso sí, todos los apasionados del tiempo no se perdieron el acto organizado por la Agencia Estatal de Meteorología en las islas. El director del centro, Agustí Jansà, pronunció una conferencia sobre los 125 años de la meteorología institucional y se aprovechó la efeméride para homenajear a los colaboradores altruistas que día tras día recogen los datos meteorológicos y los facilitan a la Aemet. Uno de ellos es Antoni Esteva, del Molí d´en Leu, en Artà.

Esteva se define como un fanático del tiempo. "Me engancha la meteorología. Los inviernos, sus tormentas, sus precipitaciones... y también registrar las bochornosas temperaturas de verano", admitió. Empezó con una estación meteorológica "casera". "Era una casita de madera que yo mismo construí. En su interior tenía un termómetro y en el exterior un pluviómetro de plástico, de estos agrícolas", puntualizó. Hace 15 años su estación dejó de ser "casera" para pasar a ser una estación de la Agencia Estatal de Meteorología. Le salió la oportunidad de colaborar con la institución y no se lo pensó dos veces. Con los años, el equipo se ha ido ampliando. Ahora, dijo ayer, "la estación es bastante completa". También se encarga de registrar los datos de la estación ubicada en el Parc de Llevant.

Los vecinos de Artà saben que Esteva es uno de los colaboradores de la Aemet. Y aunque se intente, cuando se tiene a un experto en meteorología es muy difícil lograr evitar la típica pregunta de qué tiempo hará. Se la hacen día si y día también. "No me gusta", aseguró entre risas, porque "no soy ningún técnico, solo me dedico a registrar los datos". Eso sí, las nuevas tecnologías le permiten consultar la predicción del tiempo. Así que, pese a que es un aficionado, puede responder a la pregunta.

Durante del acto de ayer, Agustí Jansà y el delegado del Gobierno, José María Rodríguez, hicieron acto de entrega de un diploma y un libro por sus años de colaboración con la Aemet. El acto institucional celebrado en Madrid también tuvo una huella mallorquina. Uno de los tres premios anuales a colaboradores voluntarios que destacan a nivel nacional por su dedicación es Bartomeu Barceló Roig, de Sóller, un sacerdote de los Sagrados Corazones que lleva activo como colaborador desde 1944, cuando era seminarista en Lluc. Sus colaboraciones se interrumpieron en 1957 cuando se marchó a Madrid hasta 1964 y también en 1969 cuando se fue a Roma a estudiar Teología. Desde 1971 hasta ahora ha colaborado con la Aemet junto a otros religiosos y desde 1979 hasta la actualidad se encarga del observatorio de Sóller.

Desde 1887

Agustí Jansà hizo un repaso de los 125 años de servicio meteorológico español. Explicó que empezó en 1887 con el objetivo de intercambiar datos de los observatorios y generar predicciones, unos pronósticos que se dirigían a navegantes marítimos y a la población en general. En 1911 se creó la red de colaboradores.

Fue en los años 30 cuando la navegación aérea se convirtió en el principal objetivo del servicio meteorológico. Después de la Guerra Civil, especificó Jansà, el servicio meteorológico nacional quedó inscrito en el Ministerio del Aire. Fue en 1978 cuando dejó de tener este carácter militar y se convirtió en el Instituto Nacional de Meteorología. Los objetivos cambiaron, puntualizó el experto. Lo primordial son las emergencias y alertar de las adversidades meteorológicas. El servicio también tiene un importante calado medioambiental con el cambio climático por bandera.

Ahora, 125 años después, Jansà definió la Aemet como un servicio "potente y moderno" destinado a alertar de emergencias, pero también al medio ambiente, la navegación aérea y la marítima y al público en general se sirven de sus predicciones. De hecho, remarcó, la página web de la Aemet recibe un millón de visitas diarias de ciudadanos que consultan sus pronósticos meteorológicos. Así, en su 125 aniversario, la Aemet es más potente que nunca.