Las posibilidades de que la huelga del próximo día 29 se desarrolle en Balears en medio de un clima de graves tensiones se multiplicaron durante la jornada de ayer. La falta de acuerdo entre Govern y sindicatos para fijar los servicios mínimos para ese paro va a provocar que el primero los imponga durante el día de hoy y ha desembocado ya en la amenaza por parte de las organizaciones convocantes de la protesta de que bajo ningún concepto van a aceptar que el transporte de turistas o el escolar puedan ser considerados como esenciales.

Porque fue el transporte el que bloqueó ayer cualquier posibilidad de consenso. Pese a que por la mañana se había conseguido llegar a acuerdos en temas como la educación, la sanidad o los servicios sociales, todos esos avances saltaron por la borda durante la tarde.

El principal punto de discrepancia hay que buscarlo en el transporte discrecional para que los turistas puedan trasladarse desde los hoteles a los aeropuertos. El Govern quería que los servicios mínimos en este campo afectaran a 160 autocares, y aunque aceptó rebajar esta cifra a 110, los sindicatos la rechazaron tajantemente, recordando que en la huelga de septiembre de 2010 (todavía en temporada turística), ese número fue de 20 vehículos.

El segundo punto que provocó la ruptura fue el transporte escolar. Inicialmente el Govern había exigido que se mantuviera el 60% de estos trayectos, pero durante la mañana aceptó retirar esta propuesta y que no hubiera mínimos en ese apartado. Sin embargo, por la tarde cambió de criterio, según reconoció el gerente de SFM, José Ramón Orta, y se volvió a poner sobre la mesa esa demanda.

El resultado es que a las 18,30 horas de la tarde de ayer las conversaciones se dieron por rotas, en medio de una evidente indignación sindical, que acusó al Ejecutivo de haber boicoteado cualquier posibilidad de consenso.

Así, el secretario de Acción Sindical de UGT, Manuel Pelarda, dejó la amenaza en el aire, al anunciar que los piquetes se dedicarán a "informar, informar e informar" a los trabajadores de los dos sectores del transporte antes señalados de que no están obligados a cumplir con las exigencias del Govern por no tratarse de servicios esenciales, al tiempo que se les "invitará" a dejar sus puestos de trabajo.

Por su parte, José Ramón Orta defendió la postura del Ejecutivo de José Ramón Bauzá alegando que en una comunidad turística como Balears es fundamental garantizar el bienestar de los visitantes y que éstos puedan desplazarse con normalidad entre los aeropuertos y sus hoteles, y consideró que con los 20 autocares propuestos por los sindicatos este derecho no quedaba asegurado.

Según el gerente de SFM, el único criterio que el Govern ha mantenido en la negociación es el de respaldar el derecho de los ciudadanos a poder desplazarse hasta su puesto de trabajo o hasta su hogar, aunque no ocultó que en muchos puntos el acuerdo había estado muy próximo, como en el caso de los servicios de tren y de metro.

Pese a que los sindicatos manifestaron su esperanza de que el Ejecutivo balear respetará los acuerdos que se habían alcanzado por la mañana en sanidad o educación, Orta advirtió que al no haberse conseguido un consenso global, la postura del Govern iba a ser mantener su primera propuesta antes de que se iniciaran las negociaciones.

Eso supone mantener los 160 autocares para el transporte discrecional, el 60% de los servicios del escolar, y concentrar los viajes garantizados en metro y tren durante las horas de mayor demanda, como son las de primera hora de la mañana, el mediodía y las de la tarde.

Los centros escolares deberán permanecer abiertos, con la presencia del director y el secretario y una persona de conserjería, además de un personal mínimo en los comedores.

En sanidad, deberán funcionar los servicios de urgencias y en la atención especializada el personal mínimo deberá ser similar al de un domingo.

En el caso de IB3, se mantendrán los espacios informativos. También habrá un funcionario en los registros generales de cada Conselleria.