Joan Antoni Melé. Sudirector general de Triodos Bank en España. Tras más de 30 años trabajando en banca ´tradicional´, Melé (Barcelona, 1951) se pasó a Triodos, que se autodefine como "el referente en la banca ética y sostenible". Asegura que prefieren ofrecer valores y transparencia "radical" en vez de vajillas. Autor del libro ¿A quién sirve mi dinero?, habla hoy en Palma invitado por el Institut de Ciències de l´Educació de la Universitat.

—Banca y ética en la misma frase. ¿En serio?

— Sí. Es posible si hay clientes con ética para los que son más importantes los valores que los tipos de interés. Triodos está creciendo muchísimo en toda Europa y en España, porque hay miles de personas que piden valores más que precios. Nuestro banco nació en 1971 y desde entonces ha ido creciendo porque la gente está comprobando que la banca ética no solo es posible, sino que es muy necesaria. Primero son las personas no los interés económicos, que son un resultado y no un objetivo.

—¿Qué diferencia a Triodos de otros bancos?

— Principalmente son dos cosas. Primero, que hacemos un uso responsable y consciente del dinero de nuestros clientes. Actuamos como un agente transformador de la sociedad. Usamos el dinero de nuestros clientes para mejorar el mundo no para ganar dinero. Segundo, nos diferencia la transparencia radical. Publicamos todo lo que hacemos y adónde va nuestro dinero. Nuestra idea es mejorar el mundo desde el sistema financiero. Nosotros no especulamos, no cotizamos en bolsa. Sólo invertimos en economía real.

—¿En qué invierten?

— Principalmente en tres sectores: cultura, medio ambiente y social. En cultura, la inversión va a escuelas, investigación, arte, teatro... En cuando a medio ambiente, invertimos en aspectos como energías renovables y agricultura ecológica. A nivel social, el más necesario hoy, invertimos en áreas muy amplias, como centros especiales para el empleo, para personas discapacitadas por ejemplo; atención a la infancia...

—¿Y mi banco, el de toda la vida, en qué invierte mi dinero?

— Eso habría que preguntárselo a tu banco. No se sabe exactamente. Sería fundamental que se aprobase una ley de transparencia para que todo el mundo supiera qué se hace con su dinero. Hay ONG que hacen investigación y que han publicado que hay bancos y cajas financieras que invierten en negocios de armas, algo que si la gente lo supiera no lo permitiría. No metería su dinero en estos bancos. También habría ecologistas que no meterían el dinero en un banco que saben que financia a empresas que contaminan o que producen transgénicos. O aquellos que defienden los derechos humanos, ¿cómo meten su dinero en un banco que invierte en empresas que permiten la explotación infantil?

—¿Y por qué no guardar el dinero debajo del colchón y ya está?

— Eso es una lástima, porque el dinero guardado debajo del colchón no ayuda a nadie. Entiendo el miedo, pero es poco útil, incluso egoísta. Mejor ponerlo en un sitio donde sabemos que va a servir para algo bueno. Eso genera un compromiso además de una satisfacción personal.

—Perdone que desconfíe pero... ¿no será esto una estrategia publicitaria? Con todo lo que está pasando ahora, anunciarse como banca ética suena muy bien y sirve para venderse.

— No, si en realidad es normal que la gente desconfíe con todo lo que ha caído. Pero nosotros no hemos salido ahora. Triodos empezó se fundó en 1980 y en 2004 llegamos a España, lo que pasa es que la gente nos está descubriendo ahora. Tenemos una ratio de solvencia de 14, una de más altas de Europa, y un índice de morosidad bajo. No hacemos publicidad ni regalamos nada. Al principio la gente nos mira con dudas y entiendo un escepticismo inicial, pero luego se dan cuenta de que lo que decimos es auténtico y nos creen. Hace muchos años que luchamos y yo, que llevo trabajando en banca 30 años, hace tiempo que veo que el sistema está enfermo porque sólo se usa el dinero para especular. Y hoy la banca sigue especulando. Para tener una sociedad sana, hay que invertir en economía real, para poder hacer préstamos a empresas reales y que salgan adelante.

— ¿Es obsceno que el Gobierno rescate a los bancos con una millonada de dinero público mientras deja que el pequeño negocio del autónomo se hunda?

— La palabra más floja que podría decirse es ´sorprendete´. Ayudar a la banca puede tener cierto sentido, pero lo que no puede ser es sanear las entidades para que luego el mejor postor las compre por un euro. Lo que me preocupa es que no se pongan límites para que no vuelva a pasar lo mismo con la banca. Cuando yo empecé había una normativa, una regulación sobre lo que podían hacer los directivos, y luego se quitó.

— Para que el Gobierno escuche la voz de los ciudadanos, en vez de salir a manifestarnos, ¿sería más útil que retirásemos el dinero de los bancos?

— Sí, comparto esta idea. Menos pancarta, y más acción, más concienciación. No lleves tu dinero a un banco si no sabes dónde va a acabar. Es mucho más contundente actuar así que salir a la calle. Mira la de manifestaciones que se han hecho contra la guerra. Igual para evitar la guerra hubiera sido mejor no meter el dinero en bancos que financian empresas de armamento. No hablo de hacerlo de forma masiva, porque eso generaría un conflicto e inestabilidad, pero sí planteárselo de forma individual. En Inglaterra ya se están dando cuenta de eso. Sin hacer mucho ruido, la gente se está llevando el dinero de sus bancos para llevarlo a otros en los que sí saben lo que se va a hacer con él. Les pagan menos por su dinero, pero encuentran valores. Y con eso no se puede competir. Yo lo hablaba con miembros del 15-M, les decía: "No te quejes, pasa a la acción". El cambio lo haremos nosotros, siendo coherentes con nuestros pensamientos. Creo que en España acabaremos teniendo una masa crítica que ya no se irá a un banco porque le regale una vajilla, que no se dejará comprar por que le den un 1% de rentabilidad. La revolución de este siglo es la de la conciencia, más la que de las manifestaciones, que son ineficaces.

— Entonces, ¿sería más útil una huelga de consumo que una huelga general?

— Respeto a la gente que haga huelga, pero en este momento no es lo más adecuado. La huelga nació como respuesta de unos trabajadores a un patrón ante una situación injusta, pero hoy creo que es más eficaz tomar conciencia y llevar a cabo actos concretos. Necesitamos más imaginación. Es más fácil salir a protestar a la calle que hacer cambios concretos en la vida de cada uno. Yo no soy de ningún partido, y aunque creo que la culpa de la situación es del anterior gobierno, creo que ahora no es el momento de mirar ni a la derecha ni a la izquierda ni de quejarnos, ahora es el momento de ayudarnos y salir adelante entre todos.

— Hoy da una conferencia en la Universitat titulada ´La educación en valores, base de una nueva economía´. ¿Qué valores son esos?

— La conferencia está abierta a todo el mundo, pero supongo que habrá muchos estudiantes jóvenes, y por eso voy a intentar transmitir el mensaje de que se comprometan, que luchen por sus ideales, que no tengan miedo; un mensaje de confianza en los valores. Intentaré transmitirles que lo que necesitan para salir adelante lo tienen dentro. Seguramente, me preguntarán cómo es eso posible. Y yo les contestaré ´mira lo que hacemos nosotros´. Si estás convencido de lo que haces y te comprometes, sales adelante. Aunque vendrán tiempos difíciles, hay que intentar transmitir el entusiasmo en medio del ambiente actual de pesimismo y miedo.

— ¿No han recibido ´ataques´ de los otros bancos? Su filosofía les deja a ellos en evidencia.

— De momento, somos muy pequeños y ahora los bancos tienen otras preocupaciones más graves. En internet ha habido algún ataque anónimo, poca cosa, pero aún no somos tan grandes como para que se preocupen por nosotros. Mientras trabajes bien, la gente verá que eres auténtico y saldrás adelante.