­Jaume Matas no asistió, ni Bauzá pronunció siquiera su nombre, pero el expresident del Govern con más imputados de la historia estuvo presente en cada palabra del actual president balear. Nunca el líder del PP actual fue tan contundente en su crítica a la corrupción política del PP pasado. Nunca José Ramón Bauzá rompió lazos de forma tan clara con los políticos que le precedieron, algunos presentes en la sala, otros presentes en cargos de sus gobiernos en las islas. Nunca el PP balear y menos aún el nacional reconocieron lo que ayer asumieron tanto el exministro Jaime Mayor Oreja como el propio president Bauzá: "Balears fue durante años un foco de corrupción política, con casos y más casos, algunos de ellos ya en los tribunales".

Nunca había dicho algo así. Nunca hasta ayer, cuando Bauzá pronunció un discurso tan cargado de simbolismo que hasta el escenario olía a Matas: su diatriba contra la corrupción resonó en la misma sala del hotel Palas Atenea en la que, allá por el año 2007, el expresident de Balears y el Palma Arena siguió el escrutinio electoral que le sacó del Consolat y le puso camino de los juzgados. Ayer Matas no estaba, ni Bauzá le citó, aunque no dejó de hablar de él: "Muchas veces hemos escuchado esa frase referida a un corrupto: ´Ojo, que este es de los nuestros´. Yo soy muy taxativo: el corrupto nunca puede ser de los nuestros", recalcaba Bauzá ante un auditorio formado por periodistas y políticos del PP, en su mayoría europarlamentarios.

Allí estaba la exministra rumana Mónica Macovei, una de las políticas más activas en la lucha contra la corrupción, cuyo impacto definió con una cifra: "Cada año Europa pierde 120.000 millones por la corrupción". Es dinero que no se invierte en países corruptos. Euros que se evaporan en competencia adulterada. Recursos que se esfuman en adjudicaciones dirigidas y fraudulentas. Contra todo eso cargó Macovei. Y más aún, Bauzá, definido por Mayor Oreja como adalid de la decencia: "Más vale tarde que nunca. Una persona de la limpieza de Bauzá es un ejemplo para todos". Claro que también Matas llegó a ser un ejemplo elogiado en el PP. Bauzá promete evolucionar por otros derroteros: "Hay que ser taxativo en la lucha contra la corrupción. La sociedad no entendería que los partidos seamos tibios. En diferentes ideologías he visto personas dedicadas a la prestación de servicio. Es lo que nos une a todos, que debemos atajar juntos la corrupción. He encontrado en todos los partidos personas con ganas de trabajar, de esforzarse (...). A un partido se viene a servir. Esto es un servicio público no una profesión. Quien venga a otra cosa que a servir se equivoca. (..) No hay nadie que pertenezca al PP que defendiendo la corrupción sea de los nuestros. (...) Debemos tener siempre una actitud beligerante contra cualquier actitud corrupta. (...) Hay que garantizar que el que la hace la paga, con acción penalizadora, no medias tintas ni medidas contemplativas. Hay que apartar, atajar, acotar y eliminar todo lo que tenga que ver, oler o insinúe el concepto de corrupción", cargó Bauzá. Le preguntaron por Matas. Ni lo nombró. Pero allí estaba.