­El palacio del segundo conde de Santa Maria de Formiguera, Ramon Burgues de Safortesa, que ha pasado a la historia en el imaginario colectivo como el Comte Mal, fue durante siglos el mayor edificio de Santa Margalida, junto a la iglesia parroquial. Una vez derribado, sobre el solar todavía hoy se asienta la que fue residencia de Juan March Estelrich, padre de Juan March Ordinas. No es casualidad que el progenitor del magnate levantara su casa sobre las viejas ruinas del poder señorial, sino "todo un símbolo que refleja la realidad social de una aristocracia en recesión y una clase mercantil vigorosa que iba enriqueciéndose día a día", señala el historiador Pere Ferrer, uno de los mayores expertos en la figura del financiero mallorquín.

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