En el año 2005 se detectó la presencia en Mallorca de un cocodrilo de unos 5 metros que había llegado a la isla en la mochila de un turista aficionado a las especies exóticas. El animal había crecido tanto que su propietario no se podía hacer cargo de su mantenimiento y su control. Lo dejó a las puertas del Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Balears (COFIB), situado en Santa Eugènia y financiado por el Govern.

El animal fue alimentado durante cuatro años por el Govern hasta que en 2009 fue repatriado a Cuba, su país de origen, gracias a un convenio con Iberia y la embajada de Cuba en España. Según el Govern, existen muchos casos similares a los del cocodrilo cubano que acaban viviendo en los bosques.