Jaume Bonet, vocal de la junta directiva de la asociación Jubilats per Mallorca, comenzó ayer una huelga de hambre de carácter indefinido en defensa de la lengua propia de esta comunidad autónoma a la que sumarán en breve otras dos personas de esta agrupación: Bartomeu Amengual y Josep Company, pendientes en la jornada de ayer de someterse a una revisión médica que les diera luz verde para participar en esta reivindicación.

Bonet informó de que, con esta huelga de hambre, básicamente, se persiguen dos objetivos: "En primer lugar, concienciar a la gente de que el ataque que está ejecutando el Govern de Bauzá contra nuestra lengua es duro y fuerte, propio de tiempos pretéritos que ya creíamos superados. Y en segundo lugar, buscamos la adhesión de diputados del Partido Popular que discrepen con la actual política língüística, que sabemos que los hay, para conseguir que voten en contra de la ley de función pública que reduce los requisitos del conocimiento del catalán para trabajar en la Administración balear".

Bonet confió en que, con su ejemplo, estos parlamentarios discrepantes voten en el Parlament contra de la reforma de la ley atendiendo más a su amor a la lengua propia que a las directrices políticas del partido.