A las dos y media de la tarde de ayer, Guillem Cifre fue declarado oficialmente ´okupado´. El edificio Guillem Cifre de la Universitat, que alberga la facultad de Educación, fue ´tomado´ por alrededor de medio centenar de estudiantes como señal de protesta contra los recortes que está sufriendo la educación superior en particular, y la educación en general. Los jóvenes han pasado la noche en el vestíbulo del edificio haciendo los preparativos para la huelga y la manifestación de hoy. El rectorado ha permitido esta encierro, que finaliza hoy mismo.

Tras hacer un paseíllo por el campus intentando captar más gente, los estudiantes irrumpieron en el edificio al grito de Prou retallades en l´educació, pancarta en mano y empujando un excremento gigante hecho de cartón. ¿Por qué? "Es nuestro futuro", explicó uno de los porteadores. ¿Y por qué se encierran y llaman a la huelga?

Lluc Gayà, portavoz de la Assemblea de la Comunitat Universitària, leyó el manifiesto con sus motivos, entre los que se encuentra la reducción de un 14% del presupuesto de la UIB (motivado por la caída de hasta el 17% de la aportación del Govern en los últimos tres años). Esta reducción afecta a los alumnos al haber derivado en "el cierre de las bibliotecas del campus durante el fin de semana y las vacaciones"; "la eliminación del servicio de bicicletas compartidas y el bus circular" y la "masificación en las aulas", entre otras cosas.

Los estudiantes se acuerdan también de los trabajadores y denuncian "la precariedad de los trabajadores públicos", al comenzar a prescindir cada vez más de personal interino temporal y al plantear para el curso que viene la reducción del número de profesores asociados. Entre los motivos esgrimidos por los estudiantes también está el tema lingüístico, ya que los universitarios protestan por "la violación de la ley de normalización lingüística, con el desprecio hacia el catalán como lengua de la función pública".

Los jóvenes, de diferentes cursos desde primero hasta cuarto y de diferentes estudios, dedicarán las horas de encierro a preparar la manifestación de hoy, que parte a las 12 de la ´plaza del tubo´ de Palma y a la que esperan que se sumen los alumnos de Secundaria.

La participación de los estudiantes de ESO y Bachillerato en las protestas ha creado mucha controversia en los últimos días. De hecho, y dada la rotunda postura negativa de los equipos directivos, alumnos, padres y profesores tuvieron que abandonar la idea de encerrarse en los institutos. Respecto a la participación en la huelga de hoy, el director de la asociación de directores de Secundaria, Antoni Quintana, indicó el lunes que podrían involucrarse los alumnos que hayan cumplido con los requisitos y trámites marcados por la legislación vigente, aunque el conseller de Educación, Rafael Bosch, subrayó que los directores le garantizaron "que la comunidad educativa no se movilizará". "Quien quiere salir a la calle es Rubalcaba", apuntó el conseller, quien negó que exista un malestar generalizado contra las restricciones presupuestarias en el sector a pesar de las protestas convocadas.

Reacción de los padres

Un colectivo implicado que ayer también expresó su malestar es el de los padres. La confederación de asociaciones de padres y madres de alumnos, COAPA, emitió ayer un comunicado reaccionando al aumento de la aportación que pagan las familias cada año en concepto de material escolar, que el año que viene subirá de nueve a 18 euros, mientras la conselleria ha reducido un 30% su transferencia a los centros. Lamentan el "gran desconocimiento" del conseller sobre lo que está pasando en los colegios e institutos, ya que en la mayoría se ya se están pidiendo aportaciones que superan los máximos establecidos, simplemente porque los centros están pasando apuros para funcionar con normalidad. A algunos se les debe más de 20.000 euros.

Los padres denuncian que entre ésta y otras medidas de ajuste (como la supresión de programas de refuerzo o de reutilización de libros de texto o el retraso en los pagos a los centros) son las familias las que están pagando lo que prevé ahorrarse la conselleria. Por ejemplo, explican que si Educación calcula que ahorrará 1,6 millones al quitar el programa de reutilización de libros, eso significa que los padres tendrán que gastar 5,5 millones en comprar libros.

A la manifestación de las doce, se suma otra que partirá a las siete de la tarde de la Plaza de España, convocada por los sindicatos contra la Reforma Laboral y enmarcada dentro de una protesta europea contra los políticas de ajustes.