El hotelero mallorquín Francisco Miralles ha conseguido embargar una finca de caza, propiedad del empresario José María Ruiz Mateos y tasada en más de 17 millones de euros, para asegurar la posible indemnización por una supuesta estafa que imputa al grupo Nueva Rumasa, fundado y liderado por el segundo. José María Ruiz Mateos, patriarca de una amplia saga familiar de empresarios, no se presentó ayer a declarar en Palma ante una jueza que le investiga por otra supuesta estafa en la compra del hotel Samoa.

Miralles, representado por la letrada Isabel Fluxà, fue el primero de un grupo de hoteleros mallorquines en denunciar a Ruiz Mateos y sus hijos por una supuesta estafa millonaria en la compraventa de su antiguo hotel Calas de Mallorca.

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