El sindicato de enfermería (SATSE) denunció ayer que la situación en las urgencias de Son Llàtzer es de tal colapso que la dirección del centro hospitalario ha decidido suspender operaciones programadas para hoy con el objeto de poder dejar camas libres para atender la avalancha de pacientes que se acumulan en el servicio de urgencias del centro sanitario de Migjorn. No obstante, esta denuncia fue tajantemente desmentida por fuentes oficiales del hospital, que aseguraron que "no se había desprogramado nada" para la jornada de hoy.

Según cifras de la propia conselleria de Salud, a finales de año había más de tres mil personas esperando quirófano en Son Llàtzer (3.035), 133 de ellos más de seis meses, mientras que la demora media quirúrgica de este centro sanitario se situaba en los 78,57 días. No obstante, cifras facilitadas posteriormente por el sindicato UGT hablaban de otra realidad: a 18 de enero de este año había 362 pacientes de Son Llàtzer con intervenciones quirúrgicas programadas que llevaban esperando más de 150 días.

Guerra de números aparte, fuentes sindicales deploraron la imprevisión de la conselleria de Salud ante este pico asistencial que se produce año tras año en las islas colapsando las urgencias y perjudicando la atención de los usuarios. "El problema es que estos pacientes tienen un perfil sociosanitario y los centros de Gesma están desbordados y el Sant Joan de Déu, por los impagos del Govern, ha tenido que cerrar 25 camas", denunciaron.