Los efectos de la crisis económica son "devastadores" cuando hablamos de servicios sociales. Algunas entidades han sufrido un Expediente de Regulación de Empleo, también se han suprimido programas, muchos trabajadores llevan meses sin cobrar... todo ello y el futuro del tercer sector en la isla se analizó en el Club Diario de Mallorca. De cara al futuro, pasará por atender a más necesitados con menos recursos, los expertos reunidos apuntaron a que las entidades sociales deberán unir esfuerzos, compartir servicios y trabajar de forma grupal con el objetivo de no dejar a ninguna persona desatendida.

La secretaria general de Cáritas Mallorca, Margalida Riutort, aseguró que actualmente "estamos viviendo un cambio que nadie acaba de ver hacia dónde irá". "Es un cambio brutal", añadió, un cambio que obligará a las entidades sociales a trabajar con menos recursos para atender a más personas necesitadas. Por ello, Riutort apuntó que el futuro pasa por trabajar de forma grupal. En la misma línea se pronunció el presidente de la Cooperativa Jovent, Manuel Palacios, quien sentenció que "estar unidos es la única luz de esperanza para las entidades de cara al futuro". Fue el presidente de Coordinadora- Federación Balear de Personas con Discapacidad y del Cermi, Ramón Salas, quien aportó algunos ejemplos. Así, afirmó que las organizaciones del tercer sector deben "reinventarse, reorganizarse" porque las subvenciones para todo se han terminado. Por ejemplo, las entidades que trabajan a favor de las personas con discapacidad deberán empezar a compartir servicios y personal. Así, en un futuro habrá un único fisioterapeuta para las asociaciones que atiendan a personas con una discapacidad similar. Todo ello con el objetivo final de que las personas con necesidades no queden desatendidas.

Responsabilidad

Para Salas unir esfuerzos es la responsabilidad del tercer sector pero las Administraciones también tienen la suya a la hora de atender estas necesidades. Así, Salas emplazó a los mandatarios a dejarse de lamentaciones y a trabajar para potenciar la liquidez de las cuentas públicas ya sea a través de los impuestos a las grandes fortunas o a través de imponer el "céntimo social", es decir, que un céntimo por cada litro de gasolina se destine a asuntos sociales.

Precisamente, Palacios aseguró que la crisis no debe servir de coartada para recortar los servicios sociales. "No pueden utilizar la mala situación económica para demostrar que se puede prescindir de servicios", afirmó. El director del programa del GREC, Gori Estarellas, criticó las argumentaciones del Govern, Consell y Ayuntamientos de que "hacen todo lo que pueden" o la excusa de "no hay dinero". Desde su punto de vista, si la temporada turística ha ido bien, si los ciudadanos siguen pagando sus impuestos... dinero hay, lo único, lamentó, "es que la Administración solo tiene recursos para lo que quiere".

Por su parte, Ramón Salas apuntó que la situación de las organizaciones que trabajan a favor de las personas con discapacidad es "dramática" ya que la deuda de la Administración asciende a los quince millones de euros. De cara al futuro, apuntó que las instituciones públicas deberían ser un "aliado" de las entidades sociales, lo que ocurre, dijo, "es que no reconocen nuestro papel y nuestro servicio".

Estarellas remarcó que las consecuencias "más sangrientas" son los efectos sobre los profesionales del tercer sector por la situación de inestabilidad laboral o por la angustia de pensar si el próximo programa o servicio que eliminarán será el suyo. En este mismo sentido, Palacios aseguró que los profesionales trabajan en un contexto incierto y de angustia.