Unos 200 millones de rayos gamma estaban atravesando al físico Rafael Pons durante su charla de ayer en el Club Diario de Mallorca. Así empezó su exposición en el marco del ciclo "Todo lo que siempre quiso saber sobre..." que ayer estaba dedicado a la energía nuclear. En la conferencia, el jefe del Servicio de Seguridad Nuclear calculó que el 15 por ciento de los cánceres están producidos por la radiación cósmica.

En la charla, Pons explicó que

"en la vida diaria estamos rodeados de radiación" ya que la encontramos en los alimentos, en el subsuelo, en las prácticas clínicas, en un vuelo en avión... "La radiación está aquí, no podemos hacer nada. Hay que convivir con ella", afirmó. Eso sí, Pons remarcó que "no podemos volvernos hipocondríacos" porque todo está controlado. Por ejemplo, en las clínicas se hacen controles exhaustivos e inspecciones anuales.

De hecho, las aplicaciones médicas son las más conocidas. Por ejemplo, las utilizadas para diagnosticar una enfermedad o una rotura de un hueso. La radiografía, el TAC o la radioterapia son algunas. Eso sí, el experto señaló que la práctica siempre debe estar justificada porque su aplicación siempre tiene un coste sobre la persona. También remarcó que estos aparatos están aislados. Por ejemplo, detalló que los tres aceleradores del servicio de oncología radioterápica de Son Espases están blindados: "Es un búnker con paredes de hormigón para proteger a la gente que está fuera".

En industria, explicó, las aplicaciones de la radiación ionizante se utilizan para calcular la densidad y la humedad del suelo para construir carreteras o en la agricultura para las plagas. En energía, detalló, la tecnología actual se llama fusión nuclear pero, avanzó, que el futuro pasa por el proyecto europeo de fusión termonuclear conocido como ITER. Pons remarcó que su principal ventaja es que accidentes como Chernóbil o Fukushima no podrán ocurrir porque está muy controlada.

La charla de ayer tuvo algo de teoría ya que Pons recordó que la radiación es la propagación o transferencia de energía en cualquier medio a base de ondas electromagnéticas o partículas. Detalló que hay dos tipos de ondas electromagnéticas: las radiaciones no ionizantes como las de los infrarrojos, antenas de televisión, móviles o un microondas. El segundo tipo son las radiaciones son ionizantes, que son los rayos x y los gamma. Estos dos últimos, detalló, precisan un blindaje de hormigón o de plomo. Por ejemplo, una sala de rayos x de una clínica tiene un blindaje en plomo de dos milímetros.

Otro de los expertos que se sometió a las preguntas de los asistentes al Club fue el profesor de la UIB, Francisco José García Palmer. En su exposición inicial se centró en la radiobiología y los efectos de la radioactividad en los tejidos vivos u organismos. Así este profesor titular de Bioquímica y Biología Molecular destacó dos tipos de vertientes que ocasionan problemas. La radiación directa que, según explicó, provoca procesos inflamatorios como por ejemplo, la destrucción del epitelio intestinal, la caída de cabello o lesiones cutáneas. Otros efectos, concluyó, son los aleatorios que provocan alteraciones celulares como cáncer o problemas de infertilidad.