­Se acerca la negociación del convenio colectivo más determinante para la Comunidad, el del sector de hostelería, restauración y salas de fiesta que afecta a unos 100.000 trabajadores baleares. El día 27 se constituye la mesa de negociación y el proceso se presume caliente, a punto de la ignición.

"O hay convenio o reventamos la isla. Estamos dispuestos a llegar a donde sea. Nos dan igual las llamadas a la responsabilidad", avisa el secretario general de la Federación de Hostelería y Comercio de UGT, Antonio Copete. A los sindicatos no se les ha pasado por alto los resultados económicos de 2011 ni las buenas perspectivas para la campaña turística de verano. "Están haciendo mucho dinero; son tan egoístas que lo hacen a costa de los empleados. El ritmo de trabajo en 2011 fue brutal. Llegó un 12% más de turistas pero solo hubo 500 contratados más en agosto. Todo ese esfuerzo se lo han echado a la espalda los asalariados. Están hartos. Ven en los hoteles ganar dinero sin que repercuta en sus nóminas. Para colmo, la reforma fiscal mermará sus salarios", expone Copete.

Al margen del componente económico, en este convenio se juega la unidad del marco de negociación. Bares, restaurantes y salas de fiesta quieren desvincularse porque se sienten perjudicados por las condiciones que pactan los hoteleros, que son quienes llevan la voz cantante. Pero los sindicatos no aceptan discutir por separado con la oferta complementaria. "Por encima de nuestro cadáver", reta Copete. Son conscientes de que si se divide a los 100.000 trabajadores sujetos al actual convenio, su posición ante las patronales se debilita.

Por su parte, los empresarios afrontan las discusiones con dos propósitos meridianos: moderar o congelar los jornales y "mejorar" la productividad. A pocos días de que comiencen las conversaciones, cada bando fija su estrategia. Los sindicatos amenazan con "reventar" la temporada turística y las patronales disimulan las buenas perspectivas para el año en curso. Los empresarios apuntan que la subida de turistas en 2011 se vio lastrada por una bajada de precios y un retroceso en la rentabilidad. Para el verano que viene la gerente de la Federación Hotelera de Mallorca, Inma de Benito, alerta del "parón" de ventas en el Reino Unido después de Navidad y de la agresividad comercial de Túnez y Egipto. Asimismo, incide en el incremento salarial registrado en 2011, cuando por el efecto de la inflación las nóminas crecieron un 4,1% en aquellas empresas que aplicaron lo pactado.

La patronal está pendiente además de lo que decida el Gobierno central. El ministro de Economía, Luis de Guindos, en un artículo de opinión publicado en ´The Wall Street Journal´, asegura que España necesita implementar un marco laboral "completamente nuevo" y adecuado para pequeñas y medianas empresas.

El ministro apuesta por una reforma del mercado laboral integral y que aborde los principales defectos del actual modelo de trabajo, entre ellos menciona el sistema de determinación de los salarios que, a su juicio, debe ser "profundamente revisado" para basarse en ganancias de productividad y no resultar inflacionista.

"En España, hemos heredado un sistema de negociación salarial muy centralizado, que establece los aumentos salariales a nivel del sector", afirma.