Los planos, los proyectos, las estructuras, las líneas... han quedado apartadas o paralizadas debido a la crisis económica. La construcción es el sector más afectado por la nefasta coyuntura económica. Del boom de hace unos años hemos pasado al vacío constructivo. Obras nuevas hay “cero” y en el olvido quedan las viviendas plurifamiliares. Con este panorama, la diversificación es la única vía de escape. Partir al extranjero, optar por las inspecciones técnicas o los dictámenes periciales, presentarse a concursos internacionales, entrar en el mundo de la docencia o aparcar la arquitectura son algunas de las opciones elegidas por arquitectos mallorquines. Ahora no es extraño encontrar, por ejemplo, arquitectos profesores; arquitectos en un gimnasio o arquitectos caballistas. Son versátiles.

Jóvenes y veteranos están tocados por la escasez de proyectos. La diversificación y el reciclaje han sido sus válvulas de escape. Los veteranos del sector cuentan que muchos arquitectos no han visto ni una factura en todo el año, por ello, un buen número de profesionales se han reciclado para dedicarse a la inspección técnica de edificios ya que tras el derrumbe de un edificio en la barriada palmesana de Camp d’en Serralta que costó la vida a siete personas la normativa se ha endurecido. Otros se han convertido en comerciales de materiales de la construcción e intentan vender las novedades a los arquitectos para sus futuros proyectos.

Asimismo, Pere Rius concreta que los dictámenes periciales han significado una “alternativa” de trabajo para los profesionales. Eso sí, puntualiza que se trata de una “alternativa pobre”. “Los peritajes se ha convertido en una pequeña bolsa de trabajo que permite aguantar el tipo”, afirma este arquitecto. De hecho, las cifras hablan por sí solas: antes de la crisis había unos 60 peritos y ahora ya son más de 150.

El despacho de Rius está en Campos, por ello apunta que su perfil de cliente se centra en particulares y en proyectos pequeños. “Va aguantando” porque siempre hay alguna reforma o algún final de obra que te suponen unos ingresos a finales de mes, además de su trabajo como perito. De todas maneras, este profesional aboga por abrir “nuevos yacimientos” en la profesión de arquitecto que no estén vinculados a la construcción. Es decir, convertirse en asesores e informar a los clientes a la hora de adquirir una vivienda.

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