Los fieles mallorquines están del todo divididos ante la carta de los obispos españoles. La misiva episcopal les invita a apostar por partidos que no defiendan el matrimonio homosexual ni el aborto en las elecciones generales del próximo día 20 de noviembre. La mayoría de iglesias repartió la carta, pero fueron muy pocos los párrocos que la leyeron de forma íntegra en el púlpito. Se limitaron a realizar un pequeño resumen de la misma mediante un lenguaje más cercano para los feligreses.

Mientras unos fieles mantienen a capa y espada que la Iglesia debe seguir defendiendo su postura de toda la vida y renegar de las uniones entre personas del mismo sexo, otros piensas que "los curas" no deben entrar en la campaña electoral. Aseguran que cada ciudadano debe votar con libertad y responsabilidad.

Junto a las entradas de las iglesias y templos de Mallorca, postradas justo al lado de las hojas parroquiales, se podían observar copias de la carta de la Conferencia Episcopal Española bajo el título: "Nota ante las elecciones generales de 2011". La misiva desarrolla hasta 10 puntos donde invita a los files católicos a la reflexión antes de decidir su sufragio en los próximos comicios. El punto más polémico es el número cinco donde se puede leer: "Tenemos que llamar la atención sobre el peligro que suponen determinadas opciones legislativas que no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta la muerte natural, o que incluso llegan a tratar como un derecho lo que en realidad constituye un atentado contra el derecho a la vida. Son también peligrosos, nocivos para el bien común, ordenamientos legales que no reconocen al matrimonio en su ser propio y específico, en cuento a unión firme de un varón y una mujer ordenada al bien de los esposos y de los hijos". Con estas palabras, que algunos párrocos mallorquines calificaron de "enrevesadas", los máximos dirigentes de la Conferencia Episcopal animan a sus fieles a votar opciones que no defiendan el matrimonio homosexual y el aborto.

Jaime Díaz es un sacerdote colombiana que pasa unos días en Mallorca y se mostró a favor de la posición de los obispos: "La posición de la Iglesia siempre ha sido la misma en todo el mundo y veo bien que se expresen estas convicciones mediante una carta". En cambio, Antonia Bestard se mostraba en contra de los prejuicios que creaba la carta episcopal: "Los homosexuales no hacen daño a nadie. En absoluto estoy a favor de esta carta y lo primero que debería hacer la Iglesia es hablar con los homosexuales de su colectivo antes de emitir este tipo de opiniones".

Una de las argumentaciones contrarias más generales por parte de los fieles se dirige a que creen que la Iglesia no debe inmiscuirse en cuestiones políticas, ni tampoco pretender participar en la contienda electoral. Este es el caso de Dori Salinas que considera que el cometido de los obispos y sacerdotes es el de "cuidar" de la salud de la religión católica. "Nunca la Iglesia debe jugar a Política, creo que no es bueno", espetó.

Enrique Pancorbo es de los que aplaude la iniciativa de los prelados españoles y considera que una declaración contra el matrimonio homosexual y contra el aborto "era necesaria". Pancorbo critica que la Iglesia se haya mantenido "un poco dormida" en los últimos años y apuesta por la "inteligencia y el sentido común" que desprende la carta emitida por la Conferencia Episcopal Española.

Algunos fieles denunciaron que se está intentando desvirtuar el sentido de la misiva de los obispos. Explicaron que en ningún momento impone y "tan solo solicita una reflexión a los católicos".

Contrarios a perdonar a ETA

La carta de los prelados dedica uno de sus apartados a la situación de la banda terrorista ETA tras el anuncio del abandono de las armas. Este apartado fue apoyado por la mayoría de los consultados y aseguran que están de acuerdo con la postura de la Conferencia Episcopal. Los obispos afirman sobre esta cuestión que "una sociedad que quiere ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representantes político de ningún sector de la población. El terrorismo es una práctica intransigente perversa, del todo incompatible con una visión justa y razonable de la vida".

En los templos mallorquines, incluida la Catedral de Mallorca, imprimieron la carta con membrete propio. El objetivo era el de dar relevancia a uno de los apartados de la misiva que se encarga de reconocer "la legitimidad moral de los nacionalismos o regionalismos que, por métodos pacíficos, deseen una nueva configuración de la unidad del Estado español. Y también, que es necesario tutelar el bien común de la nación española en su conjunto, evitando los riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo". Con estas palabras, los sacerdotes mallorquines y el propio Cabildo, quieren mostrar su postura favorable en aspectos como son la lengua y las costumbres.

En algunas iglesias de la isla no se leyó el manifiesto. El párroco se limitó a comunicar a los feligreses que asistían a la eucaristía, que en las entradas había un ejemplar de la misiva episcopal que estaba a su entera disposición.