El ladrillo no levanta cabeza. Y le va a costar hacerlo. La purga sigue siendo fuerte durante este año 2011, según confirman desde la Agencia Tributaria de Illes Balears (ATIB). Sus datos son contundentes: entre enero y septiembre recaudaron 32 millones de euros menos con el impuesto de transmisiones patrimoniales y el de actos jurídicos documentados, dos tributos cedidos al 100% a las comunidades autónomas.

La sangría más fuerte se produce en el de actos jurídicos documentados, el que grava operaciones relacionadas con la puesta en marcha de obra nueva, la firma de hipotecas y la venta de pisos de primera mano: de 70,1 millones recaudados en los nueve primeros meses de 2010 se pasa a apenas 51,7, un 26% de descenso que en la agencia balear atribuyen directamente a la nueva caída de la actividad inmobiliaria.

Y más de lo mismo sucede con el impuesto de transmisiones patrimoniales, gran fuente de ingresos para el Govern: el año pasado reportó 142 millones, pero la "disminución de la actividad en el mercado de inmuebles de segunda mano, sobre el que recae fundamentalmente este tributo" reduce la recaudación a 128,3 millones, un 13,7% menos. Además de estos dos tributos, la ATIB gestiona otros impuestos cedidos como el de juego o el de sucesiones, con evoluciones más suaves, que hacen que en total la comunidad deje de ingresar 37 millones, un buen agujero en las cuentas.