La inseguridad, la incertidumbre y la falta de expectativas marcan la percepción de los ciudadanos ante la crisis económica, según destacó ayer el sociólogo y responsable de la Fundació Gadeso, Antoni Tarabini, quien presentó en el Club DIARIO de MALLORCA el número 200 de Quaderns Gadeso, acompañado por Amedeo Spadaro, economista y profesor de la UIB.

"Las víctimas de la crisis son los ciudadanos, no los números", resaltó Tarabini como resumen del objetivo del número especial de Quaderns Gadeso, dedicado a analizar cómo perciben los ciudadanos de Balears la crisis y cómo les afecta. Tarabini recordó que en 2007 "vivíamos como los reyes del mambo, con la vida prácticamente resuelta," y que en sólo cuatro años la situación ha cambiado radicalmente. Esto se refleja en un cambio en las preocupaciones de los ciudadanos, a la cabeza de las cuales se encuentra ahora el paro y la inestabilidad laboral, algo que no aparecía en 2007, cuando el principal problema era la adquisición de una vivienda.

Como ejemplo significativo, mencionó que, aunque en los sondeos no aparece, a la hora de realizar las encuestas se ha detectado que "hay personas que guardan algo de dinero en casa, en lugar de en el banco, por si ocurre algo", en un claro síntoma de "desconfianza". A ello se une la falta de percepción de "un liderazgo claro que nos pueda hacer salir de la crisis", con una acentuada desconfianza hacia los políticos que incrementa la inseguridad y la falta de expectativas.

El sociólogo advirtió sobre dos graves riesgos. Por un lado, que comienza a aparecer una idea "perversa" en lo que se refiere a que "derechos que se consideraban irrenunciables", como el trabajo, la educación o la salud, pasen a ser "privilegios", algo que "no podemos permitir que ocurra". Junto a ello, afirmó que cuando los valores dominantes en una sociedad son "la meritocracia, el individualismo y la inmediatez" la sociedad se debilita y se dirige hacia "una sociedad dual y descohesionada".

Spadaro alabó la idea de Quaderns Gadeso de analizar la crisis desde el punto de vista de los ciudadanos. Para el economista, uno de las grandes consecuencias de la grave situación económica es que "ninguno de los tres pilares" del estado de bienestar está sobreviviendo eficazmente a la misma. En concreto, se refirió al mal funcionamiento del "mercado", a las dificultades de la "familia" como elemento de ayuda y protección y a la caída del "sector público" como "productor de bienestar". Junto a ello, mostró su preocupación por "la caída en picado de la voluntad de mejorar" que ha detectado como profesor y por la "miopía" de la propia sociedad.