La crisis económica también está pasando factura al sector educativo. Tras el recorte salarial aplicado por el Gobierno central entre el personal de la enseñanza pública, el Ejecutivo balear ha cerrado el grifo al pago de los gastos de funcionamiento por falta de recursos en las arcas autonómicas, lo que ha conllevado ya comunicados de advertencia sobre la grave situación a la que se están viendo abocados los centros de Secundaria, Primaria e Infantil. Este es el contexto en el que Antoni Quintana ha accedido a la presidencia de Adesma

—¿En qué situación financiera se encuentran en este momento los institutos?

—La asignación económica que tenemos los centros es ya de por sí insuficiente para poder acometer todas aquellas cosas que nos gustaría hacer. Simplemente, nos permite hacer frente a los pagos a los proveedores de papel, de gasoil, de electricidad... Pero en cuento nos queremos salir de eso, como modernizar un laboratorio o hacer un intercambio con el extranjero, siempre tenemos dificultades. El problema es que ahora no tenemos ni para esos gastos básicos, y estamos en esta situación desde antes del verano. Nos dejó de pagar el Govern del Pacto en abril. Y no hay forma de conseguir que el actual Ejecutivo del PP nos entregue un calendario de pagos, que nos ayudaría mucho a la hora de negociar con los proveedores. La directora general de Planificación, Mercedes Celeste, quiere conocer la situación exacta de los centros para poder reclamar a la Vicepresidencia de Economía lo que nos hace falta. Cuando contabilicemos lo que tenemos en caja y lo que debemos, vamos a salir en números rojos.

—¿A quién han dejado de pagar primero?

—Al que creemos que puede aguantar mejor o al proveedor con el que tenemos más confianza. Por ejemplo, a la empresa que revisa los extintores cada principio de curso aún no le hemos pagado, y tampoco las obras que realizamos el pasado verano. Y además recortamos donde podemos, como en el mantenimiento de los jardines.

—Ustedes ya han advertido que este invierno se pueden encontrar sin calefacción al no poder afrontar el coste del gasóleo.

—Es el gasto más preocupante, porque el camión no viene si no le pagas al contado. Deberíamos comprarlo a principios de noviembre, porque confiamos en que antes de que concluya octubre nos ingresen el presupuesto del mes de junio.

—¿Puede un instituto permanecer abierto en enero sin calefacción?

—No. Y no estoy pensando en los alumnos que tenemos por la mañana, sino en los del turno de tarde-noche. A partir de las 6 de la tarde la situación puede ser insoportable. Confiemos en haber podido comprar gasóleo.

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