El despacho palaciego conserva la misma decoración vetusta, cargada, casi asfixiante, que con Maria Antònia Munar y Francina Armengol; aparentemente nada ha cambiado. El reloj se le ha echado encima y son más de las tres, así que María Salom saca una bolsa de galletas de Inca –"lo que toca"–, y mientras responde las preguntas calma el apetito. La nueva presidenta del Consell de Mallorca advierte que está algo febril, pero el ánimo se le levanta cada vez que arremete contra el PSOE y "el caos" que se ha encontrado en la institución insular. María Salom pinta un panorama desolador.

—¿El Consell sirve para algo?

—Sí, lo único que digo yo es que se tiene que redimensionar. Hemos montado un Consell de Mallorca para ser durante años el contrapoder de la presidencia del Govern, según qué aventuras han sido por afán de protagonismo, y esto tiene que cambiar. Pero el Consell ayuda a los Ayuntamientos, hace una gran política social (personas mayores, menores, discapacitados), fomenta el deporte base en los colegios, subvenciona cantidad de actos culturales en los pueblos... Tiene mucho trabajo por hacer.

—¿Qué consejos le ha dado Munar para ser una buena presidenta de Mallorca?

—Ninguno.

—¿No mantienen contacto?

—Me telefoneó para darme la enhorabuena. Punto.

—¿Por qué no ha denunciado ningún escándalo de la etapa de Armengol ante la Fiscalía? ¿No han encontrado ninguna corruptela del Pacto, o se la guardan para la campaña?

—Que a mí me conste, no. Vamos haciendo nuestro trabajo diario y no nos dedicamos a ´rascar´, como hizo Antich la pasada legislatura. Todo lo que se encuentre que esté mal hecho, saldrá a la opinión pública. Hombre, hay temas que te llaman mucho la atención, como una propuesta de TIRME [la concesionaria del tratamiento de residuos] de 2009 para rebajar la tarifa de basuras un 15%, que Armengol no quiso llevar a pleno, y por eso todos los mallorquines hemos pagado en 2010 y 2011 un 15% más. Tienen que explicarlo. Y facturas extrajudiciales hay a montones, pero a montones. Nuestra función es hacer un Consell más pequeño, con un coste más bajo, y dedicarnos a gobernar.

—¿Piensa desclasificar el urbanizable de es Guix, en Lluc?

—En principio hemos dicho que no tocaremos el Plan Territorial de Mallorca. Yo creo que con es Guix se ha levantado una especie de bandera –"si se hace la urbanización, peligra la declaración de la Serra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad"– que no es real. Si en Escorca se deja crecer cuatro o cinco viviendas, no pasa nada, nadie se va a dar cuenta. Una persona que vive allí también tiene sus necesidades, todo lo que se haga con medida... Ten en cuenta que la incineradora de Son Reus, nada menos, está en la Serra de Tramuntana.

—El Pacto fue incapaz de poner un metro de asfalto del segundo cinturón ¿van a estar también ustedes cuatro años sin mejorar los accesos a Palma?

—Si Madrid nos paga, lo haremos.

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