La Guardia Civil detuvo ayer, al caer la noche, a los siete ocupantes de una embarcación que había embarrancado a primera hora de la mañana en Cabrera.

Sus ocupantes, de origen argelino, se escondieron en la isla, pero los agentes de la Benemérita peinaron la zona en reiteradas ocasiones y finalmente dieron con ellos.

Los arrestados fueron conducidos hasta el Moll Vell de Palma y desplazados hasta el puesto de la Guardia Civil, que iba a entregarlos a la Policía Nacional para que fueran puestos a disposición judicial.

Todo empezó poco antes de las siete de la mañana, cuando el radar del Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) emplazado en el islote mayor del archipiélago detectó la presencia de la embarcación de escasas dimensiones –apenas unos cinco metros de eslora– que al parecer embarrancó en las rocas y obligó al desembarco de sus ocupantes.

Inmediatamente después de la detección de la patera, la Guardia Civil desplegó un amplio operativo para intentar detener a los presuntos inmigrantes irregulares.

En el operativo participó un helicóptero del instituto armado, efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, una dotación de perros con los que intentar rastrear la pista de los inmigrantes irregulares ocultos en el islote y una patrullera del mismo cuerpo, que acudió con rapidez hasta la embarcación, que disponía de dos motores y se encontraba semihundida y con objetos personales en su interior.

Fuentes de la Guardia Civil señalaron que, previsiblemente, los inmigrantes se habrían ocultado entre las zonas con vegetación más densa y que su captura y puesta a disposición judicial para iniciar el procedimiento de devolución a su país de origen sería cuestión de horas, el tiempo que les durase el agua u otros avituallamientos que hubieran traído consigo.

Tras su captura, los ocupantes de la patera iban a ser puestos a disposición judicial para iniciar el proceso de devolución que suele pasar por enviarles antes a un centro de internamiento de la península.