Amnistía internacional ha catalogado a China como País de Acción Prioritaria (PAS) por la falta de libertad y la persecución existente contra los críticos del régimen. María Baeza, después de estudiar psicología y trabajar en varios hospitales, decidió meterse de lleno en favor de la lucha de los derechos humanos en este país oriental. Asegura que se persigue a los periodistas y a los abogados que se dedican a denunciar la falta de libertad existente en el país. Recrimina que los gobiernos occidentales "callen contra las agresiones de los derechos humanos por el poder económico" de China. De todo ello habló durante la conferencia que impartió ayer en el Club Diario de Mallorca.

­–¿La libertad en China es solo un sueño?

–Fuera del pensamiento autorizado por el Gobierno, no existe. Se está persiguiendo a periodistas que están contando las agresiones a los derechos humanos. Al mismo tiempo, han detenido a gran cantidad de abogados que están defendiendo a personas por decir lo que piensan y por relatar al mundo la falta de libertad y de democracia que existe en China en pleno siglo XXI.

–¿Por qué los países occidentales no actúan ante esta situación de falta de respeto hacia los derechos humanos?

–En estos momentos el poder económico chino es muy importante. Están comprando la deuda de muchos países y se han convertido en una gran potencia económica. Esta situación dominante hace que los países occidentales callen y se enmudezcan ante la falta de derechos humanos. Temen que China les retire su apoyo económico. El régimen chino está ejerciendo una gran presión sobre los gobiernos de todo el mundo para que no acojan exiliados y críticos de su país.

–¿La persecución a periodistas y abogados es el principal problema en estos momentos?

–Es uno de los problemas que hemos detectado. Están deteniendo a los periodistas que, a través de páginas web, intentan contar al mundo lo que está pasando en la nueva potencia económica del planeta. Los abogados que defienden a estos detenidos, y a la gente que lucha en favor de los derechos humanos, también son arrestados, desaparecen y los meten en la cárcel. Algunos otros permanecen mucho tiempo en arresto domiciliario y vigilados. Son condenados por hablar, como el caso del premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, que fue represaliado por reclamar derechos democráticos mediante una carta abierta al mundo.

–En Amnistía Internacional han denunciado la existencia de torturas a los detenidos. ¿Qué tipo de represalias han descubierto?

–No sabemos exactamente lo que hacen a los detenidos. De lo que sí tenemos constancia es que alguno de los represaliados, cuando han sido liberados, se niegan a hablar y se retiran por completo de su actividad. Es el caso de varios abogados de derechos humanos que han abandonado su carrera jurídica. Temen por sus vidas y prefieren estar callados.

–¿Cuántas sentencias de pena de muerte se dictan en China?

–El número exacto es imposible contabilizarlo, ya que son secreto de Estado. Lo que sabemos es que en China las penas de muerte son superiores al resto de países del mundo juntos.

–¿Que están haciendo en Amnistía Internacional para combatir esta situación?

–La información es la mejor arma. Estamos intentando que la sociedad occidental sepa lo que está ocurriendo para que pueda actuar y exigir a sus gobiernos que tomen medidas. Nuestro principal objetivo es sensibilizar y concienciar de la falta grave de derechos humanos en China. Intentamos contar y denunciar, ante las autoridades chinas y la opinión pública occidental, lo que allí está ocurriendo.

–Usted se encarga de coordinar todas las investigaciones y denuncias contra la vulneración de los derechos humanos. ¿Qué respuesta reciben de las autoridades?

–La embajada de China en España tira a la basura nuestras cartas. Están teniendo una actitud chulesca y de desprecio. Hemos pedido a la abogacía española que nos ayude a combatir esta situación, ya que los abogados chinos son uno de los colectivos más perseguidos por su implicación en favor de los derechos humanos y la democracia.