El antiguo jefe de obras contratado para realizar la construcción de la nueva carretera de Manacor justificó ayer ante la juez que la UTE subvencionara la construcción de una pista de fútbol sala en la finca del celador del Consell de Mallorca, quien tenía el encargo de controlar el desarrollo de los trabajos que se hacían.

El técnico Rafael Estarellas, que había sido implicado en anteriores declaraciones por otros imputados en el llamado caso Peaje, reconoció que se realizaron "favores" a varios vecinos que tenían fincas próximas al lugar donde se construía la carretera, pero negó que estas actuaciones hubieran supuesto un quebranto económico al Consell de Mallorca.

Este imputado, que abandonó su cargo de jefe de obra en el año 2006, confirmó que durante la construcción de la carretera se aplanó un solar situado en una finca propiedad del celador de obras, Biel Mestre, quien fue detenido al inicio de la operación. Explicó que se había alcanzado un acuerdo con el celador para construir en este terreno una pista de fútbol sala, con la única condición de que dejara jugar a los obreros que trabajaban en la construcción de la carretera. Para el jefe de obras, el coste de esta pista en la finca particular fue cero, porque se arrojó sobre el solar un asfalto que se había desechado durante la construcción de la carretera. Defendió que hubiera sido mucho más caro recoger este asfalto y llevarlo a una zona de reciclaje, que arrojarlo en la finca del celador y construir después una pista de fútbol. Para el jefe de obras, con ello conseguían reducir el gasto del reciclaje y al mismo tiempo se conseguía estimular a los empleados al construirles una zona para relajarse jugando al fútbol. También detalló que en estas fincas se realizaron varias fiestas nocturnas y reconoció también que otros empresarios que constituían la UTE realizaron otras obras con materiales sobrantes.

Lo mismo pasaba con los camiones de tierra sobrante que se arrojó en varias fincas particulares. Era más caro trasladar estos restos de tierra a una planta especial para reciclarla, que regalarla a los vecinos que la solicitaban.

En su declaración también reconoció el antiguo jefe de obras que los obreros de la UTE estuvieron realizando varias obras en fincas particulares de algunos vecinos. Sin embargo, aclaró que estos vecinos pagaron todos estos trabajos y negó que fueran un regalo de la UTE. También negó que estas facturas se pagaran en dinero negro y aclaró a la juez que las obras que se realizaron en ningún momento aumentaron el presupuesto que el Consell de Mallorca destinó a la construcción de la carretera de Manacor, sino que los gastos fueron asumidos por las empresas de la UTE.

Por otra parte, la juez se ha opuesto a que se transcriban las declaraciones de todos los imputados que hasta ahora se han estado grabando, tal como pedía el fiscal. Anticorrupción ha presentado un recurso ante la Audiencia contra esta decisión al defender que la transcripción de las declaraciones facilitará mucho el trabajo que tenga que realizar el tribunal que se encargue de juzgar este asunto.