"Se nos considera proscritos", y "nos sentimos maltratados", se quejaba ayer el presidente del Casino de Mallorca, Miguel Ortiz, durante la inauguración de sus nuevas instalaciones en Porto Pi Centro. El motivo del lamento era bien simple: mientras representantes empresariales y sindicales aplaudían que en plena crisis se haya realizado una inversión que eleva el atractivo turístico de la capital balear, las autoridades políticas prefirieron no participar en la fiesta, más allá de la presencia de la concejala de distrito Belén Soto y del director general de Turismo en Cort, Javier Bonet.

La asistencia a la inauguración fue numerosa, con una amplia representación de organizaciones empresariales, como los presidentes del Fomento de Turismo, de la Cámara de Comercio y de la patronal CAEB, Pedro Iriondo, Joan Gual y Josep Oliver respectivamente. A ellos se sumaron los máximos responsables de asociaciones sectoriales, como Juan Cabrera y Pilar Carbonell de restauración; o Pedro Vidal de salas de fiestas. Y como principal exponente del sector turístico, el presidente de Hoteles Barceló, Simón Pedro Barceló.

Gual, Iriondo, Oliver y Cabrera coincidieron en destacar la importancia que supone haber trasladado el casino de Calvià a Palma. En palabras del primero, las antiguas instalaciones suponían un atractivo para los amantes del juego, pero con el nuevo emplazamiento, muchísimo más céntrico, han pasado a ser un polo de atracción para el turismo en general. Así, se puso de relieve su proximidad con los hoteles del Paseo Marítimo y con los pasajeros de cruceros.

Por una vez, la coincidencia entre empresarios y sindicatos fue plena. Porque los secretarios generales de CC OO y USO en las islas, Katiana Vicens y David Díaz también acudieron a la celebración, y valoraron los empleos creados y la inversión realizada en plena crisis económica. De ahí la extrañeza expresada respecto a la escasísima presencia de la clase política. "Yo solo he visto al candidato del PSOE por Balears en las próximas elecciones generales", apuntaba el representante de USO en referencia a Pablo Martín.

El motivo de esa ausencia de representantes institucionales también generó ´apuestas´, y según apuntaron algunos estaba provocado por los contenciosos abiertos por otras asociaciones del juego contra el traslado, aunque la mayoría se decantaba por considerar que "no quieren que se les vea en una fiesta y cerca de mesas de juego por lo impopular que puede ser en estos momentos".

La apuesta por la isla fue precisamente un elemento destacado por Miguel Ortiz durante su discurso ante los asistentes: desde que su grupo compró el Casino de Mallorca en 2004, se han generado unos ingresos por valor de 93 millones de euros, de los que 43,5 millones se han pagado en concepto de impuestos y más de 30 millones se han destinado al pago de salarios. Además, la inversión total realizada en la isla se ha elevado a 38 millones de euros en esos siete años, de los que 8,5 millones se han gastado en las obras de reforma de las instalaciones de Porto Pi. Y pese a ello, las autoridades no acudieron a la cita.

Miguel Ortiz recordó que cuenta con empresas en nueve países repartidos en cuatro continentes, y aseguró que en todas ellas apuesta claramente por un cliente de calidad. "Tengo un bar en Tokio que ayer facturó 25.000 euros porque acuden personas que se gastan 3.000 euros en una botella de champagne", indicó, para añadir que el tipo de turismo que el casino atrae es de elevado poder adquisitivo, y que en verano el 70% de las personas que visitan estas instalaciones son extranjeros.

El presidente del Casino de Mallorca apuntó que tiene más proyectos en cartera, como el desarrollo de la oferta on line, aunque reconoció que algunos están en una fase muy inicial. Y no ocultó que los casinos están sufriendo mucho con la crisis. Por ello justificó la importancia de abrir en Palma, ya que gracias a este nuevo emplazamiento se espera duplicar los ingresos.

Y en el apartado de las anécdotas, señalar que el primer número que salió en la ruleta fue el 3. Un número de la suerte, según subrayó la encargada de presentar el acto, Catalina Solivellas.