Por primera vez en Palma y por segunda en España se celebra la sexta edición de European Conference on Severe Storms (ECSS), que se arranca hoy y se alargará hasta el viernes. Este congreso está organizado por el grupo de meteorología de la UIB junto con la asociación ESSL (Laboratorio Europeo de Tormentas Severas). El profesor de la UIB y presidente del comité científico de la conferencia, Climent Ramis, asegura, entre risas, que a partir de la próxima semana Palma no estará más preparada para afrontar estos fenómenos pero sí estará al día de los avances científicos en tormentas severas de estos últimos dos años.

—¿Qué importancia tiene esta conferencia europea?

—Se trata de la sexta edición de la Conferencia Europea de Tormentas Severas que empezó a organizarse en el año 2000 para poner de manifiesto que en Europa también se producían estos fenómenos relacionados con nubes convectivas. Entonces, en el encuentro participarán científicos internacionales porque en los últimos años la conferencia ha cogido mucha fuerza. Reunirá a más de 230 científicos de todo el mundo: de Europa, Australia, Japón, Estados Unidos, India... Todos los participantes constituyen el máximo exponente de la investigación de este fenómeno. Habrá diez ponencias de prestigiosos científicos, 89 presentaciones orales y 160 pósters, que explican trabajos científicos.

—¿Qué temáticas se analizarán?

—Se tratará la teoría de la convección y la dinámica de las tormentas severas. También se analizará la climatología de un tiempo severo, dónde se produce y su frecuencia. Además se disertará sobre los daños que producen estos fenómenos. Los impactos del cambio climático sobre estos fenómenos será otro de los temas analizados. Por supuesto otro tema a debatir será la predicción de este fenómeno, que es el punto central. Se hará un análisis científico de cómo son estos fenómenos. También se estudiarán los ciclones extratropicales (es decir los que se dan fuera del Trópico) como los medicanes, que son ciclones de pequeñas dimensiones que se forman en el Mediterráneo. También se presentarán bases de datos sobre tiempo severo.

—¿El fenómeno registrado en octubre de 2007 es un ejemplo de tormenta severa?

—Es un ejemplo perfecto de lo que se va a analizar en estas conferencias y vienen, repito, los principales investigadores a nivel mundial de estos fenómenos.

—¿Se pueden predecir con antelación?

—Las predicciones a 24 horas no son factibles. Se trata de decir si se darán las condiciones favorables para que se puedan formar este tipo de tormentas en un lugar o en otro. Hablamos de un fenómeno que solo se puede precisar mucho más cuando se acerca o cuando ya se ha formado. Son predicciones a muy corto plazo. Las predicciones a 24 horas son genéricas y se limitan a decir que en tal área es favorable que se formen nubes de convección que desarrollan tormentas severas. Asegurar que una tempestad desarrollará un tornado se hace en plazos de una o dos horas.

—La tormenta de aquel octubre nos cogió por sorpresa.¿Qué ocurrió?

—Era una tormenta muy pequeña, una línea de unos 150 kilómetros de largo por 50 o 30 kilómetros de ancho pero llevaba un conjunto de nubes convectivas. Además tenía una dinámica propia que se iba regenerando y caídas de viento. Y en esta línea hubo como mínimo un tornado que fue el que barrió el polígono de Can Valero. Se veía venir así como iba avanzado la tormenta en el mar pero en Eivissa no tuvo el impacto de Mallorca. Cuando cruzó Eivissa dio una pequeña señal pero el desarrollo fuerte de la tormenta fue entre Eivissa y Mallorca. Una vez cruzada la isla entró en fase de disipación. Cuando llegó a Palma estuvo en el punto máximo de desarrollo. Estamos hablando de un breve periodo de tiempo ya que de Eivissa a Mallorca tardó una hora y media. Y durante este intervalo de tiempo la estructura del sistema cambio y la tormenta fue más potente.

—¿Se analizará en el congreso?

—Entender este sistema será unos de los temas que se tratará en la conferencia, también se trabajará en cómo hacer la predicción en base a las observaciones que tenemos. Nos falta estructura sobre el impacto social, es decir, cómo mitigar el impacto de la tormenta.

—¿Contar con un radar, ayuda?

—A nivel local es notable la instalación en 2008 del radar que es una de las herramientas principales para estudiar estos sistemas. Además, permite seguir el recorrido de la tormenta.

—¿Qué líneas de investigación necesitan mejorar?

—El abanico es amplio. Desde la observación hasta la predicción, la climatología y el aviso a la población. En el congreso se trabajará cómo difundir los conocimientos científicos para que la sociedad se pueda aprovechar. En cuestión de minutos debes tener mecanismos para avisar a la población del fenómeno que puede venir. Los proyectos científicos americanos tienen el objetivo de poder alertar a la población con 15 minutos de antelación. Aquí en quince minutos no sabríamos qué hacer.

—¿De qué probabilidades hablamos cuando se trata del Mediterráneo?

—La probabilidad de tener tornados en el Mediterráneo es tan alta como en Estados Unidos pero la probabilidad de que sean tan fuertes es baja.

—¿Estamos en plena época?

—Las tormentas severas suelen ocurrir a finales de verano. Entre los meses de septiembre, octubre y noviembre.