El Govern acordó ayer no contratar interinos ni personal laboral, ni renovar los contratos de los que ya estén trabajando, además de dejar de pagar las horas extras y los complementos de productividad y las gratificaciones a los empleados de la Comunidad Autónoma y de sus empresas públicas. Se trata de un importante tijeretazo adoptado por la necesidad de adoptar "decisiones con rapidez" ante la grave situación económica, según explicó el portavoz del Govern, Rafael Bosch, si bien ni él ni el conseller de Administraciones Públicas, José Simón Gornés, supieron precisar en qué ahorro para las arcas autonómicas se traducirán estas medidas.

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