El catedrático de sanidad animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense de Madrid José Manuel Sánchez-Vizcaíno participó ayer junto a otros destacados expertos en una jornada sobre la fiebre del Nilo Occidental y otras enfermedades emergentes organizada por el Colegio de Veterinarios de Balears (COVIB).

—¿Dónde surgió este virus del Oeste del Nilo?

—Nosotros preferimos denominarlo virus de West Nile, para indentificarlo mejor en todo el mundo con una lengua que está ampliamente extendida. El primer caso se aisló en 1937 en una mujer en Uganda, en un distrito llamado West Nile, de ahí el nombre del virus.

—¿Y en Occidente?

—Los primeros casos de infecciones en caballos en Francia están documentados en la década de los 60. No obstante, existe la creencia de que Carlomagno falleció por esta enfermedad porque la defunción del emperador franco se produjo tras una gran mortandad de caballos con los que estaba en contacto y que podrían haber sido contagiados por un mosquito que también le pudo inocular el virus al monarca.

—¿Se han detectado casos de humanos afectados por esta enfermedad en España?

—Sí, dos en Andalucía el año pasado, aunque cursaron la enfermedad con síntomas leves. No obstante el primer caso clínico de contagio humano documentado en España data del año 2004, también en Andalucía.

—¿Que síntomas puedes manifestar si has contraído la enfermedad?

—Cursa de una manera similar a una meningitis. Es como una enfermedad nerviosa cuyos síntomas más habituales son dolores de cabeza, confusión, mareos, problemas de orientación y descontrol. Pero lo que hay que dejar bien claro es que una persona puede haber sido infectada por este virus y no manifestar ningún cuadro clínico. De hecho está demostrado que el 85% de los humanos infectados no manifiestan síntomas de la misma manera que tampoco lo hacen el 70% de los caballos.

—¿Quién trasmite este virus?

—El mosquito Culex pipiens, del que existen hasta 56 variedades en España.

—¿Y todas pueden trasmitirlo?

—Todas.

—Explíqueme todo el proceso.

—Las aves son los reservorios del virus, donde se almacena el agente patógeno, por decirlo de una manera clara. Y los mosquitos son los vectores, los que trasmiten el virus tras picar a las aves. Y contagian fundamentalmente al hombre y a los caballos, que pueden contraer el virus pero no trasmitirlo.

—Últimamente se habla mucho del virus del West Nile, ¿por qué?

—Porque el mosquito Culex está más activo a consecuencia del calentamiento global del planeta.

—¿Puede llegar esta enfermedad a Balears?

—El virus puede entrar en Balears por varias vías: por las aves migratorias, por las aves exóticas legales o ilegales, por la llegada de Culex infectados en barcos o porque estos mismos mosquitos sean traídos por el viento. Así que, más tarde o más temprano aparecerá en las islas. Y las aves migratorias que llegan a Balears lo hacen desde África, con una posibilidad muy alta de que lleguen infectadas, y desde Europa, con una probabilidad más baja de que traigan el virus. Por eso es muy probable que el virus llegue a Balears a través de las aves migratorias africanas.

—¿Qué precauciones hay que adoptar?

—En las estaciones de primavera y verano yo estaría más atento en las zonas donde haya una mayor densidad de caballos y de humedales, porque aquí se concentran las aves, reservorios del virus, y los mosquitos, trasmisores del agente. Concentraría la vigilancia allí.

—¿Qué posibilidades hay de que una persona contagiada por este virus fallezca?

—Prácticamente nulas porque la cepa vírica que traen las aves migratorias de África y del Norte de Europa son menos agresivas que la que pueden portar pájaros que migran por Grecia, por ejemplo, que suelen ser portadores de otras mucho más agresivas.

—¿De dónde viene entonces la alarma creada por este virus?

—En Norteamérica, entre 1999 y 2002, el West Nile se expandió por todos los estados del país provocando 30.000 casos entre los humanos y más de 1.200 muertes.

—¿Y a qué es debida esta diferencia?

—A que nuestras aves tienen memoria de este virus y pueden contraponerle una respuesta inmune. Algo que no tienen las americanas, que son más vírgenes.