El Govern ha paralizado el pago de las cotizaciones de funcionarios a la Seguridad Social y a la mutua de la Función Pública, Muface. Lo confirman fuentes de la Seguridad Social y de la propia Vicepresidencia económica. Aunque desde el Govern Bauzá introducen un matiz importante: la orden no supone una cancelación de las aportaciones sociales que garantizan la sanidad y pensiones de los trabajadores, sino un aplazamiento. ¿Hasta cuándo? Preguntados al respecto, en el departamento de Economía dirigido por José Ignacio Aguiló no son capaces de detallar ni las cuantías aplazadas, ni el tiempo que se tardará en pagar. Tampoco aclaran los motivos. Aunque sí lo hacen otras fuentes del Govern, que lo resumen en una idea: el dinero no da con el actual nivel de ingresos. Simplemente, dicen, la Comunidad no genera recursos suficientes para afrontar los gastos fijos que haya que afrontar cada mes para mantener viva y operativa la actual estructura autonómica.

En esa tesitura y con el presupuesto de este año cerrado y recortado, el Govern Bauzá está siguiendo por ahora la misma línea del Govern Antich: jugar con la tesorería para aplazar todo lo aplazable. El objetivo es liberar de ese modo euros para partidas más urgentes. "Es que si no la cuenta no sale", coinciden otras fuentes técnicas, que ofrecen unas cifras que dejan clara la naturaleza del descuadre: el Govern ingresa cada mes unos 170 millones de euros (172, dicen exactamente), montante con el que hay que hacer frente a los 65 millones que cuestan las nóminas de funcionarios y a los más de 180 que suponen mensualmente los pagos a la Seguridad Social, las transferencias a los Consells insulares y los trasvases de capital a instituciones dependientes como la Universidad de las Illes Balears. Es decir, antes de empezar a invertir y de pagar a otros proveedores, la cuenta mensual está en rojo.

¿Qué hacer? Pues toca aplazar. Ya lo hizo el Govern anterior, que en junio solicitó a los máximos responsables de Hacienda y la Seguridad Social en Madrid que se aplazasen los pagos correspondientes a cotizaciones. ¿Razón? Con los mismos 172 millones de ingresos, en junio hay que hacer frente no solo a 65 millones en nóminas de los funcionarios, sino a otros tantos en pagas extra de los funcionarios, que pese a haber sido sensiblemente recortadas en el último año y medio elevan el coste total muy por encima de los 100 millones.

Algunos bancos no se fían

Y aún queda pagar todo lo demás. Para hacerlo, la Comunidad estaba recurriendo hasta ahora a pólizas de crédito que garantizaban la liquidez suficiente para ir sacando adelante con cuentagotas los pagos a proveedores y a acreedores como la propia Seguridad Social. El problema, según relatan fuentes financieras, es que los sucesivos avisos de impago y el reconocimiento público de la escasa solvencia de la Comunidad por parte del actual Govern ha contribuido a que las entidades bancarias no se fíen. "Resulta que estamos más exigentes que nunca con los empresarios, porque es nuestra obligación garantizar que el crédito será devuelto, y luego llega el Govern solicitando una póliza de crédito de 150 millones dos días después de haber dicho que no hay dinero en la caja y se lo damos. No, eso no puede ser. Las entidades necesitamos garantías de que vamos a recuperar el dinero", afirma el alto directivo de un banco nacional con fuerte presencia en las islas. Lo ratifican otras fuentes financieras, que creen que la aprobación por parte del Ministerio de Hacienda del plan de saneamiento del Govern eliminará parte de las reticencias a financiar a la administración autonómica.

¿Ha desaparecido el dinero?

Porque sin financiación no hay posibilidad de pago. El caso de los impagos a las farmacias por parte del Govern lo explica a la perfección. El 2 de junio, estando José Ramón Bauzá aún pendiente de su investidura como president, los farmacéuticos aseguraban a DIARIO de MALLORCA que estaban cobrando lo que les correspondía, pero seguían muy preocupados porque la partida presupuestada para pagarles los medicamentos solo iba a llegar hasta octubre. "No es suficiente para todo el año", aclaraba entonces Eloy Villar, responsable de las cuentas del Colegio Farmacéutico. Pues bien, desde entonces las farmacias han dejado de cobrar y la partida que en teoría no se iba a agotar hasta septiembre ha desaparecido desde la entrada del nuevo Govern. ¿Dónde está el dinero? Trasladada nuevamente la pregunta a la Vicepresidencia económica del Govern Bauzá, responden de forma escueta: "Eso hay que preguntárselo al anterior Govern". Sí, pero el anterior Govern estaba pagando. "No sabemos dónde está ese dinero", insisten. Más claro lo tienen en fuentes del anterior Ejecutivo, que recalcan que las facturas de los medicamentos correspondientes a mayo y junio estaban listas y preparadas para el pago, pero el nuevo Govern las canceló. ¿Por qué?

Para resolver el misterio, en el Colegio Farmacéutico aportan una hipótesis: "Es un problema de liquidez. La partida existe pero no hay dinero para pagarla". De ahí el constante ejercicio de contabilidad creativa que se ven obligados a hacer los sucesivos responsables de Economía del Govern, a los que se les han descuadrado las cuentas por el drástico hundimiento de los ingresos como consecuencia de la crisis.

Quizá por ello en la Vicepresidencia económica no saben detallar cuándo le pagarán a la Seguridad Social y a Muface. O a los cientos de proveedores que acumulan facturas pendientes de cobro por valor de más de 1.100 millones. O al propio Gobierno central, al que desde la pasada semana Balears le debe 178 millones de euros correspondientes a la liquidación de 2009: el Gobierno adelantó 178 millones más de los que finalmente recaudó Balears.

Por eso en el Govern Bauzá piden tranquilidad y tiempo antes de repetir una de las coletillas más pronunciadas en las escasas cinco semanas que llevan en el poder: "No se ha hecho el pago a Muface, pero como todo, se irá pagando poco a poco". En eso confían los proveedores. Que no los sindicatos, entre los que gana fuerza una teoría que les tiene aterrados: las sucesivas advertencias de la propia administración sobre su supuesta insolvencia y su creciente agujero no son más que "una película de terror" concebida para justificar recortes que se temen drásticos a partir de septiembre. Tanto se lo temen que algunos líderes sindicales de Balears han decidido cancelar sus vacaciones a finales de agosto y principios de septiembre. ¿Razón? Otoño caliente. En Balears y en la mayoría de Comunidades.