La Audiencia confirma que el incidente ocurrido en el mes de agosto de 2009 en el aeropuerto de Palma, entre un joven y dos guardias civiles, se debió a un conflicto idiomático, ya que el primero se dirigió a los agentes hablándoles en catalán. El tribunal realiza esta afirmación en la sentencia en la que se condena a uno de los agentes que golpeó al joven en la cara. Este funcionario ya fue condenado por el juez de instrucción, pero ahora se ratifica esta decisión al desestimarse el recurso planteado por la defensa. El agente tendrá que pagar una multa de dos meses a razón de una cuota diaria de 20 euros.

El suceso ocurrió el día 7 de agosto de 2009 en Son Sant Joan. El joven Iván Cortés iniciaba ese día un viaje a Londres acompañado de su novia. Fue detenido en el control aeroportuario por dos agentes, que habían llegado a Palma para intentar localizar a los terroristas que cometieron el atentado mortal de Palmanova. La sentencia de la Audiencia afirma que los funcionarios le pidieron a Iván Cortés que les entregara el DNI y a continuación le realizaron varias preguntas. El joven respondió en catalán por dos veces, siendo requerido por uno de ellos que le contestara "en español". El joven respondió en castellano a la tercera pregunta que le formularon.

A pesar de ello, según la resolución judicial, ambos agentes le indicaron a Iván Cortés que les acompañara a una habitación ubicada en el aeropuerto. Se trata de una dependencia que los agentes y los guardias de seguridad utilizan privadamente. El joven les acompañó sin oponer resistencia. Al entrar en la habitación uno de los funcionarios sujetó a Iván "violentamente" y le propinó varios golpes, al tiempo que le indicaba que "debía hablar con más educación". La víctima le respondió que "tenía derecho a hablar en su idioma". Debido a los golpes el perjudicado sufrió lesiones que curaron a los cuatro días. A pesar de haber sido agredido ha renunciado a cualquier indemnización.

El tribunal que ha revisado el caso llega a la conclusión de que los guardias se sintieron molestos porque Iván se dirigió a ellos en catalán y que este conflicto idiomático fue el origen del altercado. A pesar de que los jueces entienden el nerviosismo que padecían los agentes por el atentado terrorista, concluyen que debe sancionarse este tipo de agresión.