"Quiero menos altos cargos y menos coches oficiales". José Ramón Bauzá se hartó de repetir esta frase en campaña electoral, y de momento ha cumplido la primera parte: Ha reducido a 42 los altos cargos del nuevo Govern. Sin embargo, el tijeretazo anunciado en la flota de vehículos –y en consecuencia, la plantilla de chóferes– tarda en llegar, debido en parte a la herencia recibida del Pacto. La Comunidad Autónoma tiene a su servicio 33 conductores, según la información facilitada por fuentes de este colectivo, por lo que a día de hoy prácticamente toca a un chófer por cada alto cargo del PP. O a cada conseller le corresponden ahora 4 conductores, según cómo se mire.

"Es verdad que sobran chóferes y coches", confirman desde la Vicepresidencia económica, sobre la que recae ahora la tarea de dirigir el recorte presupuestario. A continuación explican que este exceso se debe a la reducción del número de conselleries, y porque se quieren minimizar el gasto público en aras a las medidas de austeridad impuestas por el presidente del Govern.

Casi todos los chóferes son funcionarios de carrera, la mayoría fijos y una parte interinos. Desde Vicepresidencia reconocen que "todavía no se sabe qué hacer" con la plantilla ahora sobrante. Una idea que se baraja es intentar recolocar a estos empleados públicos en otros departamentos de la Administración, si bien algunas voces ya advierten de que estos funcionarios accedieron en su día a la plaza de chófer y no se les puede fijar otro destino así como así. En cuanto a los interinos, por el momento el Govern no desvela su futuro, admitiendo que todavía no ha entrado en el tema en profundidad. Tampoco sabe aún qué utilidad dar al parque móvil que ha dejado de ser necesario ante el menor número de altos cargos a los que transportar. En este sentido, la solución puede que pase por varias conselleries, desde Presidencia y Vicepresidencia hasta Administraciones Públicas, que tiene encomendada la gestión de los bienes patrimoniales de la Comunidad Autónoma.

Mientras tanto, la redistribución de chóferes está provocando situaciones cuando menos chocantes con la pretendida austeridad. El caso más flagrante se da en la macroconselleria de Biel Company. Ya en la anterior legislatura, solo la conselleria de Medio Ambiente tenía 4 chóferes. En febrero de 2010, con la expulsión de UM del Govern, este departamento asumió las competencias de Movilidad, lo que supuso otros dos conductores más. Con el PP en el poder, la conselleria ha pasado además a hacerse cargo de Agricultura –dos conductores más– y Vivienda –otros dos–, lo que arroja un total de diez chóferes para un solo conseller, si bien es verdad que los directores generales también tienen derecho a usar vehículo oficial.

Otro ejemplo es la Vicepresidencia económica, que asume las competencias de la extinta conselleria de Hacienda y Economía, más las de Comercio, Industria y Energía, y las de Trabajo y Formación, por lo que todos los chóferes antiguamente adscritos a dichos departamentos dependen ahora del dirigido por José Ignacio Aguiló. Precisamente desde esta Vicepresidencia señalan que "todos los coches que están utilizándose en estos momentos son los más eficientes energéticamente hablando, los que consumen y contaminan menos".

Flota de unos 20 vehículos

El Govern dispone en la actualidad de una veintena de coches de los que se entienden estrictamente como oficiales –vehículos de gama alta para transportar a altos cargos políticos–, ya que la flota sumando desde camiones a jeeps o turismos es mucho más amplia y no deja de ser oficial. Entre ellos destaca un Volvo modelo S80, que fue adquirido en tiempos de Jaume Matas y que suele ser el utilizado por el presidente del Govern.

El modelo más caro es un Audi A6 2000 TDI, que dependió a la extinta conselleria de Deportes y Juventud durante el anterior Govern del Pacto. La mayor parte de la flota gubernamental data de entre 2004 y 2008.