La organización ecologista Greenpeace denunció ayer la decisión del Consejo de Ministros de otorgar licencia a dos filiales de la petrolera Cairn Energy para el sondeo y exploración de la costa del Mediterráneo en búsqueda de hidrocarburos. La decisión pone en peligro el ecosistema marino de la costa de Eivissa y el golfo de Valencia y se teme que pudiera ocurrir una catástrofe como la que ocurrió hace 15 meses en el golfo de México.

El accidente ocurrió mientras se llevaban a cabo labores de búsqueda de petróleo en el fondo marino a 1.500 metros de profundidad (similar a los 1.400 que se pretende ahora), y en el que debido a la avería del pozo se vertieron "más de 5 millones de barriles de crudo de los cuales un 80% todavía están en el mar".

Así lo explicó ayer la responsable de la campaña de Cambio Climático y Transporte de Greenpeace, Sara Pizzinato, que añadió que "el impacto más negativo en las Illes Balears se daría en ecosistemas como las praderas de Posidonia oceánica y en especies de mamíferos marinos, tortugas, túnidos y otros peces que ya se enfrentan a graves problemas debido a la urbanización de este litoral, la contaminación, o la sobrepesca". En las salinas de Eivissa y Formentera, una de las zonas más afectadas, se encuentra el organismo vivo más grande del mundo (un ejemplar de 8 kilómetros de Posidonia oceánica). También se verían dañados un humedal de importancia internacional, un parque natural, una zona de especial protección para las aves y los 69 kilómetros de costa de Formentera que están amparados por diversas figuras de protección.

El rechazo a esta concesión radica en los altos riesgos medioambientales y económicos que supone este sondeo, en contraposición a las escasas posibilidades de encontrar un volumen de crudo elevado, según ha explicado la portavoz: "Las consecuencias negativas a las que nos exponemos no compensan el bajo volumen de hidrocarburos que puede haber en la zona, si es que se encuentran. El 99,8% del petróleo que se consume en España proviene del exterior y la explotación de estos pozos no cubriría la demanda".

Por ese motivo, la organización ecologista ha planteado alternativas viables para un recurso "contaminante y muy escaso" en España, como son la explotación "al máximo" de las energías renovables que "no conllevan riesgo alguno y podrían cubrir toda la demanda energética del país", o tomar medidas de eficiencia energética como la reducción del consumo de petróleo, especialmente en los coches.

Zonas de especial interés

Las concesiones fueron aprobadas el 23 de diciembre de 2010, por la que el Consejo de Ministros entregó licencia a dos filiales de la petrolera escocesa Cairn Energy (Capricorn Spain Limited y Medoil) para buscar petróleo o gas en una extensión total de 396.000 hectáreas submarinas en el Mediterráneo. En total 5 zonas del golfo de Valencia denominadas "Albufera, Benifayó y Gandía" y "Alta Mar 1 y 2". Sin embargo, esta decisión se contrapone con una medida adoptada desde el Ministerio de Medio Ambiente por la cual la zona que se quiere sondear quedaría amparada bajo un proyecto de protección del medio marino, que reconoce la costa del Mediterráneo como un área marina a preservar, ya que forma parte de la ruta migratoria de cetáceos. Entre estas medidas de conservación destaca la "regulación e incluso prohibición de cualquier actividad relativa a la exploración, modificación o explotación del suelo o del subsuelo".

La organización reclama una moratoria de los pozos petrolíferos cuyos primeros pasos incluyan la Declaración de Impacto Ambiental negativa para la exploración de todos ellos así como la puesta en marcha de la revolución energética en el transporte, que incluya la explotación de energías renovables y la reducción del consumo de combustible a 3 litros cada 100 kilómetros para los coches que se vendan en 2020.