Mientras el Govern aprobaba la instrucción que le deja manos libres para colocar a dedo a funcionarios afines en los puestos mejor remunerados, y en el mismo mes de junio en el que el propio president Bauzá firmaba el decreto que sube el sueldo en hasta un 20,3% a los cargos que ha nombrado para su gabinete, el departamento de nóminas de la administración autonómica preparaba el que tiene pinta de ser solo el penúltimo susto para los funcionarios: recortes en las pagas extra de verano que en algunos casos ascienden a 700 euros.

El tijeretazo no es nuevo, pero ha pillado por sorpresa a más de uno. Como Joan, sanitario novato, que asegura que cuando vio la nómina le entraron sudores fríos: "Pensé que había pasado algo como lo de Grecia y yo no me había enterado". Y no, de momento, no es para tanto. Aunque es: la drástica reducción aplicada en las pagas extra está prevista desde que el presidente Zapatero aprobó su contestado funcionariazo en mayo de 2010 y, sobre todo, desde que el anterior Govern prorrogó los presupuestos para este año y reflejó en ellos lo que hoy es realidad: una congelación salarial en 2011 que sigue a la bajada del 5% en los sueldos aplicada en 2010 y se une a la sangría de euros en la paga extra de los funcionarios del pasado mes de diciembre.

Subida del IPC del 6,4%

¿Es mucho dinero? Bastante: teniendo en cuenta que desde que comenzó la crisis los precios de consumo (IPC) han subido un 6,4% en Balears y que en ese tiempo los salarios de los funcionarios se han encogido en más de un 7% entre las extra y el tijeretazo a las nóminas de cada mes, los trabajadores públicos han perdido en tres años de crisis más de un 13% de su poder adquisitivo. ¿Se quejan? Como cualquiera al que le reducen el sueldo, aunque casi todos los consultados incorporan una coletilla: "No somos los que peor estamos, que hay mucha gente sin trabajo". Firma la frasecilla el propio responsable de función pública de Comisiones Obreras de Balears, Toni Company, que aclara que los trabajadores públicos toman los sucesivos recortes con "bastante resignación": "Por un lado es un despropósito que se devalúe así el trabajo, pero por otro tienes que agradecer que tienes trabajo". Aunque te paguen menos por él: "Yo calculo que hemos perdido un 20% de poder adquisitivo", añade Company.

Exagera el sindicalista, pero la pérdida de capacidad de compra ya frisa el 15%. Y en algunos casos más. "Para mí la reducción este año en total será de unos 2.000 euros. Ciento y pico en nóminas cada mes y luego dos pagas extra recortadas sustancialmente. Es mucho dinero y el mío no es el peor caso, ni mucho menos", reflexiona José Ucendo, que además de funcionario de categoría A2 (técnicos superiores) es portavoz del sindicato USO.

Hasta 3.000 euros menos al año

Introduce así Ucendo una clave que no puede pasar desapercibida: la magnitud del agujero en la nómina depende del nivel del funcionario. Porque sobre el recorte impera una progresividad que protege a los peor pagados y se ceba con los empleados de las categorías superiores, A1 y A2, que llegan a perder en su paga extra hasta esos 700 euros que luce el título de esta información. Sobre todo los más veteranos, toda vez que el funcionariazo se aplica tanto al sueldo base como a trienios y complementos de destino.

El resultado es que en algunos casos la pérdida anual con los recortes salariales supera los 3.000 euros. Los mejores cálculos los ofrece UGT, sindicato que se ha pasado meses advirtiendo de lo que hoy para algunos es un susto: que la paga extra de junio se iba a quedar raquítica. "Ya en septiembre dimos el primer aviso", recuerda Miguel Ángel Romero, responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT, que sabe que en algunos casos el hachazo a las pagas extra de diciembre y junio llega a superar ampliamente los 700 euros. Un ejemplo lo explica bien: un funcionario de categoría A1 cobrará de sueldo base de sus dos pagas extras de 2011 un total de 1.368 euros, cifra que nada tiene que ver con los 2.322 euros que se embolsó por ese mismo concepto en 2009, último año sin recortes. Y a esa cantidad evaporada habría que sumarle un retroceso de 16 euros por trienio y lo que pierda por la reducción en el complemento de destino (que en algunos casos roza los 700 euros, sobre los que se aplica también el tijeretazo).

En cambio, los funcionarios del grupo más modesto (el AP) no han perdido ni un euro de su paga extra. Y los de categorías C1 y C2 cifran el golpe en menos de 100 euros. "Hay algunos médicos en cambio que han perdido más de la mitad de su paga extra", recalca Romero, que no olvida las coincidencias que más enfadan en la función pública: mientras los trabajadores públicos se aprietan el cinturón y las nóminas de junio llegaron a última hora, el Govern del PP le sube el sueldo a los suyos.