Tras la derrota electoral del pasado 22 de mayo, Ramón Socías se ha convertido en el único socialista con un cargo de relevancia en Balears. La posible retirada política no forma parte de sus planes y no descarta convertirse en el líder del PSOE balear, a pesar de los apoyos con los que cuenta Francina Armengol.

—¿Se siente sólo en una delegación del Gobierno que queda como la única institución significativa aún en manos del PSOE?

—Cuando llegué a la delegación del Gobierno hace siete años me encontré con una situación similar, aunque teníamos el Consell de Menorca y la Alcaldía de Eivissa. Acabaré la legislatura más o menos como empecé, pero en peor situación. Nos toca una importante travesía del desierto y redefinir la oferta de los socialistas a los ciudadanos de las islas.

—¿En qué sentido?

—Debemos hacer una profunda autorreflexión sobre por qué en determinados municipios de las islas nuestra representación es tan pequeña y por qué en unas elecciones generales somos capaces de movilizar a casi 100.000 personas más que en unas municipales y autonómicas.

—Por lo que dice, usted no es de los que cree que la derrota en Balears se deba sólo a un castigo a la política de Zapatero contra la crisis

—Evidentemente la crisis y determinadas decisiones que se han adoptado para afrontarla han tenido que ver en los resultados, pero a nivel autonómico los socialistas también tenemos que mirar hacia nuestro interior y ser capaces de lograr, de una vez por todas, articular una oferta a los ciudadanos que sea creíble y que dé respuesta a los planteamientos actuales. Hay que reflexionar sobre por qué en Balears hemos gobernado dos veces y en las dos ocasiones el PP ha tenido después mayoría absoluta. Nos ocurrió en 2003, cuando no había crisis económica, y ahora nos ha vuelto a pasar. Tenemos que ver por qué nuestro trabajo en las instituciones no llega a ciudadanos que en unas elecciones generales sí nos apoyan. Eso nos lo tenemos que hacer mirar como PSIB-PSOE.

—¿Aspira a suceder a Antich al frente del PSOE balear?

—Si tuviera que decir sí o no, diría que no, pero no es una cuestión de sí o no. En estos momentos debemos estar todos los socialistas a disposición del partido. Es un momento de pasos adelante, no de pasos atrás. Creo que hay gente preparada para asumir esta responsabilidad , como Francina Armengol, Aina Calvo o Joan Mesquida. Pero también estan otros compañeros y, si el partido lo considera oportuno, estará Ramón Socías. Mi trayectoria personal política la considero bastante realizada después de haber sido alcalde de mi pueblo, senador y delegado de Gobierno durante casi ocho años. Estaré donde el partido quiera que esté y si ese sitio es en casa, estaré en casa, pero quiero demasiado al partido como para dar un paso atrás y desvincularme cuando hemos tocado fondo.

—¿A qué se refiere cuando dice que el PSOE balear debe dar respuesta a los problemas actuales?

—El principal problema en estos momentos es la creación de puestos de trabajo y para eso tenemos que olvidarnos de algunos dogmas que se mantienen desde los partidos de izquierdas. Es prioritario llevar a cabo actuaciones que nos permitan crear puestos de trabajo aunque sea a costa de sacrificar otras parcelas que, siendo importantes, hay que renunciar a ellas en parte ante la grave situación de desempleo.

—¿Qué parcelas son esas que hay que sacrificar?

—Debemos buscar iniciativas que se encaminen a dar respuesta a los problemas¡ que tienen los ciudadanos en el año 2011, no a los que nos planteaban en el año 1997. Le pondré un ejemplo práctico. Cuando llegué a la delegación en 2004 ya hablábamos del tema de la ampliación del Puerto de Palma, con un proyecto y unas ideas de hacia dónde ir. Han pasado siete años y seguimos hablando. Se han hecho actuaciones, pero nuestro puerto sigue sin dar respuesta a las necesidades actuales, cuando hemos pasado de medio millón de cruceristas a prácticamente 1.800.000 que llegarán este año. Estamos hablando de turismo de calidad, que consume poco territorio y deja muchos ingresos.

—Pero eso no responde a mi pregunta. ¿Qué es exactamente lo que en su opinión necesita el PSOE balear?

—Aquí nuestro proyecto tiene que definirse. No tenemos que querer ser más verdes que los verdes, más de izquierda que IU y más nacionalista que el PSM. Tenemos nuestro propio espacio que tiene que llegar desde la frontera con estos tres partidos por la izquierda y ser capaz de alcanzar a la frontera con el PP por la derecha. Debemos ser capaces de dar respuesta a los trabajadores, pero también a los pequeños empresarios, a los autónomos e incluso a todo un sector que parece que tradicionalmente está entregado a la derecha, como pueden ser importantes empresarios que de alguna manera han marcado las reglas de juego.

—Desde el 22M he oído a varios dirigentes socialistas quejarse del poder del mercado y hablar de reflexión. ¿Por qué no actúan ya?

—Hay dos líneas de actuación paralelas. El partido ha decidido unos tempos que pasan por la Conferencia Política tras el verano, en la que se determinarán propuestas del PSOE para los próximos años. Ahí ya debemos ser capaces de meter una parte importante de análisis. La otra línea, que llegará hasta los congresos del partido tras las elecciones generales, será la que nos servirá para redefinirnos. Debemos recuperar un espacio de izquierda que está muy difuminado en toda Europa, no solo en España. Las ideas tradicionales de izquierda están en retroceso porque ya están asumidas y debemos ir más lejos. En los congresos del partido debemos ser capaces de abrirnos.

—El PSOE está al frente del Gobierno central. ¿No sería más creíble que impulsara ya medidas sin esperar a que pasen las elecciones generales?

—Las elecciones las tenemos a corto plazo, después de un batacazo para el partido en toda España que en Balears ha sido el peor de su historia. Los socialistas debemos adoptar medidas a corto plazo, coyunturales, para llegar a estas elecciones en las mejores condiciones e intentar ganarlas. Esas medidas se concretarán en la Conferencia Política. Después, en los congresos que celebrará el partido dentro de un año, es donde deberemos ser capaces de adoptar medidas estructurales.

—¿Qué medidas estructurales considera necesarias?

—Un partido que llega a tener 11 o 12 millones de votos y sólo tiene 220.000 afiliados, no puede pretender ser el garante de la verdad y la voluntad popular. Debemos encontrar sistemas para recoger lo que piensa la gente. Seguramente deberemos cambiar el sistema electoral. Las listas abiertas y elegir representantes por distritos puede ser el camino. Lo que está claro es que una lista cerrada en la que tienes que votar a 25 personas aunque haya diez que te repateen no es la mejor solución.

—¿Está satisfecho con Rubalcaba como candidato o hubiera preferido unas primarias entre él y Chacón?

—Lo más lógico ahora era apostar por Rubalcaba. Tiene bagaje y capacidad para cohesionar al partido, además de ilusionar a los votantes progresistas. Creo que será un buen candidato a la presidencia del Gobierno y un buen presidente de Gobierno.

—¿Qué opina de las medidas del Ejecutivo de Zapatero contra la crisis?

—Se estan aplicando las medidas posibles, porque son las que quienes tienen la sartén por el mango te dice que tienes que tomar para no encontrarte en la situación en la que están Grecia, Irlanda o Portugal. Jugamos con unas reglas que son las que son, aunque no me gusten y quiera cambiarlas para que no sean los mercados los que influyan en los Gobiernos sino al revés. Quizá se tendría que haber reaccionado de otra manera, pero es difícil ir por libre al estar dentro de la UE.

—¿Usted cree que los bancos tienen responsabilidad en el paro, como opina el ministro de Trabajo, o que no, como dice la ministra de Economía?

—Haber tenido que rescatar a unos bancos que han jugado cuando menos alegremente a la hora de decidir determinadas inversiones o apoyos a proyectos de alto riesgo y que al día siguiente estos mismos bancos se repartan dividendos espectaculares a pesar de que estemos en crisis, me molesta. Cuando estos mismos bancos a los que tienes que rescatar o ayudar desde el Estado después niegan créditos y ahogan a miles de pequeños empresarios que necesitan liquidez, aún me molesta más. En este tema, me siento más próximo a la opinión del ministro Valeriano Gómez que a la de la ministra Elena Salgado

—¿Y porqué el Gobierno no adopta también medidas con los entidades bancarias?

—No lo sé. Yo creo que hay una serie de medidas que, apesar de que PP y PSOE las han votado en Madrid en contra, están dentro de la lógica. Si yo hago una hipoteca con una entidad bancaria y me valora mi vivienda por equis, si no puedo pagar y el banco me la ha valorado por lo que valía, entregando mi vivienda tendría que quedar cancelada mi hipoteca. Si el banco la ha valorado por más de lo que valía, es su responsabilidad, no la mia. Tal vez nuestro sistema financiero debería asumir que no solo tiene que estar papá Estado cuando lo hace mal y cuando las cosas van bien quedarse sólo el grupo de directivos y consejeros delegados para repartirse los dividendos.

—Defiende listas electorales abiertas, la dación de la vivienda para saldar la hipoteca... Suena a guiños al movimiento 15M

—El movimiento 15M tiene propuestas interesantes y además realizables. Las acampadas y movilizaciones como toque de atención a toda la clase política han sido importantes y creo que marcarán un antes y un después. Pero ahora viene la parte más difícil, que es la de ver como articulan estas propuestas para que se traduzcan en hechos en un plazo más o menos inmediato. Eso no quiere decir que se transformen en un movimiento político. Se trata de ver como van a ser capaces de influir y como vamos a ser capaces de recoger sus propuestas los partidos tradicionales, que nos hemos quedado en este tema un tanto fuera de fuego, y modificar la forma de relación entre los representantes y los representados.

—¿Ha recibido instrucciones sobre cómo actuar en la manifestación de hoy contra el Pacto del Euro en el caso de que algunos se desvíen de la actitud no violenta que caracteriza al movimiento 15M?

—No tenemos ninguna instrucción. Mi posición siempre ha sido la de intentar minimizar los enfrentamientos y lo he demostrado en estos siete años. Si somos capaces de tener controlados a un pequeño colectivo de antisistemas que a veces intentan aprovechar la existencia de otras manifestaciones para colarse y provocar incidentes, no tiene porque haberlos. Ya sabemos quiénes son y por donde se mueven, así que intentaremos tener controlado a este pequeño sector.

—Con el PP en el poder, ¿qué futuro augura para proyectos como la reforma de la Playa Palma o el Palacio de Congresos?

—El proyecto de la Playa de Palma necesita un empujón y que lo saquemos del debate político. No puede ser que con un proyecto que debe ser de consenso y que se trata de actuaciones a diez o quince años vista no exista este acuerdo. En lo que se refiere al Palacio de Congresos, es absolutamente necesario para la desestacionalización y para poner a las islas dentro de un mercado en el que podríamos estar muy bien posicionados por nuestra buenas conexiones. Creo que es prioritario.

—¿Mantiene que hay que incrementar la unidad de delincuencia económica de la Policía ante la sobrecarga de trabajo por los casos de corrupción?

—Creo que, en función de las necesidades, el jefe superior decidirá destinar más agentes a este grupo o pedirá a Madrid que le asignen personas especializadas. Dependerá de las circunstancias. Si aparecen otros casos o se abren nuevas líneas de investigación de las que ya están en marcha, quizá será necesario.

—¿La llegada del PP al Govern afectará a las investigaciones sobre estos casos?

—Sería una mala noticia que se frenaran investigaciones en marcha por un cambio de color político. Las investigaciones las debe llevar a cabo la justicia, no los partidos ni las instituciones.