Unos 300 votos por correo de las elecciones municipales y autonómicas, celebradas el pasado 22 de mayo, sufrieron una auténtica odisea hasta llegar a su destino final que no era otro que Palma de Mallorca. En Madrid, por equivocación, enviaron los sufragios hacia Las Palmas de Gran Canaria y Correos tuvo que movilizar un avión especial para que las papeletas llegaran a tiempo del escrutinio final que la Junta Electoral de Balears realizó el 25 de mayo.

"En Madrid hay mucha gente que no distingue entre Palma de Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria. Todo es territorio insular", bromearon desde la Junta Electoral de Mallorca, al tiempo que confirmaron el periplo canario de los votos mallorquines.

Eran unos 300 sufragios procedentes de países sudamericanos y pertenecientes al Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA). Varios días antes de las elecciones estos votos llegaron a las oficinas centrales de Correos en Madrid que, mediante cajas selladas, los distribuía a las diferentes autonomías. El funcionario de Correos de Madrid, al advertir que los votos estaban destinados al municipio de Palma, entendió que se refería a Las Palmas y hacia Gran Canaria volaron los sufragios mallorquines.

La Junta Electoral de Canarias, el lunes después de las elecciones, procedió a abrir las cajas de votos por correo para distribuirlos por sus municipios. En este mismo momento se percataron de la enorme equivocación de Correos y empezaron a pensar el modo de solucionar el dilema. Sabían que estos 300 votos debían llegar cuanto antes a Mallorca para evitar su pérdida. Rápidamente movilizaron un avión para que pudiera trasladar los sufragios desde Canarias hasta Mallorca.

La fortuna se alió con las papeletas: la Junta Electoral realizó el escrutinio final el 25 de mayo, tres días después de las elecciones, y los polémicos sufragios llegaron a Palma durante la mañana de ese mismo día. Según confirmaron desde la Junta Electoral de Balears, se pudieron contabilizar como válidos y fueron incluidos en el recuento correspondiente al Parlament y al Consell de Mallorca.

Desde las diferentes juntas electorales confirmaron también que algunos otros votos por correo llegaron tarde y no pudieron ser incluidos en el recuento final que siempre se hace entre tres y cuatro días después de las elecciones. Estos votos fueron destruidos el mismo día de su llegada y sólo se conserva el recibo del coste postal que será reembolsado por la Administración General del Estado al elector.

Una confusión habitual

Es una confusión muy habitual que desde fuera de las islas se confunda Palma con Las Palmas de Gran Canaria. Son numerosas las anécdotas de cartas o paquetes que por equivocación han llegado a inmuebles de una calle parecida de una isla y correspondían a la otra. De todas formas, una de las más sonadas la protagonizó el ministro de Fomento, José Blanco, en uno de los mítines de precampaña electoral que realizó en Palma. Blanco aseguró que "la alcaldesa Aina Calvo rozaría la mayoría absoluta en el ayuntamiento de La Palma".

Zapatero tampoco estuvo fino y en una de sus intervenciones electorales aseguró que estaba muy contento del recibimiento "de la isla de Palma". Rápidamente rectificó por Mallorca.

La fecha: 25 de mayo

Jornada en que llegaron los votos

La fortuna se alió con los votos por correo, ya que el 25 de mayo llegaron las papeletas a Palma. Justo ese día la Junta Electoral tenía programado el escrutinio final.