La historia tiene unos meses. Fue en febrero. Pero de aquellos polvos vienen estos lodos. Empezaban las prácticas de un curso de pastelería para parados que había arrancado con un mes de retraso. Problemas de presupuestos, excusaban, aunque la realidad era más simple: el Govern no pagaba. Y sin euros no hay pasteles. O los hay como los hubo: los profesores y sus alumnos desempleados se pasaron semanas amasando harina, huevos y azúcar que habían salido de las neveras de sus casas. "No había recursos. Los alumnos acabamos comprándonos nuestras básculas de precisión", cuenta un estudiante, parado y suministrador de huevos gratis que sabe que su historia no es aislada.

Lo sabe él y lo saben los empresarios, que lo expresan gráficamente en una frase que podría entrar en el refranero: "Del Govern no cobra ni dios". Y con "ni dios" no se refieren a ninguna iglesia o confesión concreta, sino a la nada absoluta. A nadie. Ninguno. Res. Cero. Niet. No cobran al día ni las empresas que le suministran las prótesis al Ib Salut, ni las agencias de viajes que organizan los traslados de familias y pacientes de otras islas a los hospitales de Mallorca. Ni los colegios concertados que esperan desde hace meses el dinero para pagar nóminas, limpieza y material escolar, ni los transportistas que cubren las rutas de autobús escolar. Ni academias para parados, ni artistas ganadores de premios públicos. Ni vendedores de papel, ni empresas del canapé y vino oficial, ni los distribuidores comerciales que le sirven leche, agua y alimentos a colegios públicos, hospitales, comedores sociales y residencias de la isla.

Tampoco ve llegar el dinero adeudado el sector más castigado, la construcción, que no cobra al día ni las reparaciones de colegios, centros de salud y guarderías. Y en la misma están agricultores, ganaderos, suministradores de equipos informáticos y de software, industriales, productores audiovisuales, comerciantes e incluso peluqueros. Con todos ellos habló DIARIO de MALLORCA. Y todos ellos ofrecieron la misma respuesta: no cobra ni dios. Ni uno solo de los 23 colectivos consultados está cobrando en tiempo y forma del Govern, el Consell y la mayoría de los ayuntamientos. De hecho, unos y otros describen una situación que se parece peligrosamente a una suspensión de pagos en toda regla.

Traslados de pacientes en el aire

La caja de los truenos la abrieron esta semana los transportistas. Una deuda de dos millones les tiene al borde de tomar un decisión drástica para frenar la sangría de impagos que amenaza de ruina: dejar de ofrecer servicios como el transporte escolar si no se les paga. Y no son los únicos que están cerca del ahogo financiero y el portazo subsiguiente a las administraciones públicas: las agencias de viaje, por ejemplo, acumulan facturas pendientes de cobro de tres millones de euros. Y también amenazan con dejar de seguir corriendo con los gastos de servicios públicos como el traslado y estancias de los pacientes y familiares de otras islas que son hospitalizados en Mallorca, o con los costes de viaje de clubes deportivos subvencionados. "Nos deben más de tres millones de euros. En 2010 nos los debían ya y solo se hizo un confirming (un crédito cuyos intereses paga el empresario que cobra) de 500.000 euros. Pero entonces eran los de Deportes los que no pagaban, ahora son los del IB Salut, que antes de las elecciones nos dijeron que iban a hacer un confirming y ahora ya solo nos quieren dar un certificado, que vale nada: el banco no lo coge porque no considera solvente al Govern", recalca la presidenta de la asociación de Agencias de Viajes de Balears, Sylvia Riera, que advierte de que hay empresas a las que ya se le deben más de 600.000 euros. Por eso avisa: "Si no pagan, vamos a parar de vender billetes y de prestar el servicio".

Idéntica idea ronda por la cabeza de algunos distribuidores comerciales, que de momento están dispuestos a apretar los dientes a la espera de que el nuevo Govern y su president, José Ramón Bauzá, cumpla con la primera promesa que hizo tras ganar las elecciones: pagar a todos los proveedores. "Es que no está cobrando ni dios", repite Bartolomé Servera, presidente de la federación de comerciantes Afedeco, a la que pertenecen las compañías de distribución comercial que nutren de comida y suministros a resortes tan poco prescindibles como los hospitales y los colegios. "Hay algunos compañeros muy hartos que estaban dispuestos a dejar de entregar suministros, pero de momento vamos a esperar un poco más", recalca Servera, que detalla que los retrasos en los pagos no han hecho más que incrementarse en los últimos meses: en su sector ya pagan con seis o siete meses de retraso.

Más de un año para cobrar

En otros negocios, como la construcción, esos retrasos superan el año. De ahí las quejas de unos y otros, que le afean a la Administración que sea la primera en incumplir la ley de morosidad y pagos que se aprobó el año pasado: la norma obliga a abonar en 30 días las facturas de productos perecederos y en un máximo de 50 el resto. Pero el primero que no cumple es el Govern. Por eso muchos empresarios echan humo. Como Llorenç Nicolau, presidente de los pequeños constructores de la patronal PIMEM, que sufren como pocos los hábitos de mal pagador del Govern: "Son el mayor moroso de Balears. Tardan un año en pagarte, pero tu no puedes retrasarte ni un día con tus impuestos, porque te multan y embargan. Si hago una reparación en un colegio, no la cobraré en un año, y mientras tanto tengo que estar al día en Seguridad Social e impuestos, porque ni siquiera te permiten compensar tus deudas con las suyas", se lamenta Nicolau, que confirma lo adelantado por Riera: "Los bancos no aceptan talones ni pagarés de ninguna administración. No se fían".

Destrucción en cadena

Así que el que puede resiste con sus reservas o consigue créditos. Y el que no, al hoyo: "Hay obras que han llegado a pararse por falta de pago. Sé de ayuntamientos que tuvieron problemas con el mantenimiento de piscinas porque llevaban quince meses sin pagar. Y lo mismo pasa con centros de salud, colegios, edificios públicos, guarderías. En la Administración están consiguiendo que nadie se las quiera reparar. Estamos en un punto insostenible: si no te pagan, tu tampoco puedes pagar a tus proveedores". Y por ahí se desangran cientos de empresas de la isla, que directa o indirectamente se comen el agujero en las cuentas públicas, hasta el punto de que hay firmas que cuando llega el dinero público ya no existen. "Al final eso es destruir empleo", añade Nicolau.

Lo tiene claro el presidente de los colegios concertados católicos, Bernat Alemany, que tira de educación y saber estar para evitar el exabrupto que se cuece a fuego lento en la indignación de meses sin cobrar. Su situación es grave: representa a 78 centros concertados que aún no han cobrado de Educación el dinero para gasto corriente y mantenimiento de marzo. La deuda era de 2,5 millones de marzo y abril, que pronto se verán doblados a cinco: a mediados de mes les deben pagar los 2,5 millones de mayo y junio. "Aún no nos han pagado los atrasos y ya nos van a deber más", dice Alemany en tono preocupado. Porque está preocupado. Muy preocupado. Teme por sus centros y por los que en ellos trabajan: de esos 5 millones que debe el Govern sale el dinero para las nóminas de celadores, auxiliares y personal de limpieza, administración y servicios. De ahí se paga el material escolar, las reparaciones, la higiene y el mantenimiento de los colegios. Y del Govern viene el dinero para pagar el teléfono, la luz y el agua. "Los centros nos estamos comiendo nuestras reservas, y recurriendo a préstamos. Y lo peor es que no puedes planificar nada porque ni siquiera nos dicen qué día cobraremos".

Ni lo dicen ni podrían decirlo: simplemente no lo saben. El propio director de Presupuestos del Govern, Joan Rosselló, avisaba esta semana que las decisiones sobre los pagos ahora congelados (355 millones en total) tendrá que tomarlas el nuevo Govern, que será quien diga a quien se le paga y a quien no. Quien vive, y quien muere. Quien sigue nadando y quien se ahoga. Y deberá hacerlo rápido, recuerda Alemany: "Entre que el nuevo Govern llega y decide podemos estar sin cobrar hasta agosto".

Y eso no es sostenible. "No, no es sostenible. Es una rueda terrible: las empresas no cobran y no pueden pagar lo que adeudan a sus proveedores y tienen problemas para pagar a los empleados, la Seguridad Social, los créditos, alquileres... Hay proveedores de prótesis para hospitales a los que se debe medio millón de euros y no se les pagan, pero el proveedor tiene a su vez que pagar antes de 30 días a quien le suministra las prótesis. ¿Cómo aguantas así? Por eso hay indignación: se ha llegado a pedir a empresarios que no facturaran, que ya facturarían más adelante", denuncia el presidente de la patronal PIMEM, Rafael Rubio, que insta al nuevo Govern a tomar cartas en el asunto. "Es difícil, pero se les ha elegido para que actúen, para que el dinero circule, por complicado que sea". Tan complicado, advierte Rubio, que el Govern ha llegado a utilizar fondos finalistas de la UE y el Estado para afrontar pagos distintos a los aparejados a unos fondos que, por definición, no pueden emplearse para otra cosa.

Economía de guerra

Son soluciones de urgencia. Economía de guerra. Triquiñuelas de superviviente. O de moribundo. Porque la bola crece y crece. Lo denuncian en las empresas de cátering que trabajan para el Govern, que en algunos casos hablan de graves retrasos en los cobros. Y lo confirman los proveedores informáticos, asociados en torno a la patronal que preside Xisco Serra, que habla de retrasos de meses. "La situación es apurada. Sabemos por ejemplo que el dinero del Programa de Formación de 2011 llegó en marzo, pero han pospuesto pagos para septiembre porque el dinero se usó en otras cosas".

Aunque no en pagarle a los agricultores y ganaderos, más quemados por las deudas que por años de trabajo de sol a sol en los campos de Mallorca. "Aún tenemos subvenciones de 2009 pendientes. Entre esto y los pepinos estamos hundidos: a nosotros las subvenciones nos las dan para producir a bajo precio, pero si no nos las pagan, tendremos que subir los precios. Cesta más producir un litro de leche que comprarlo en el supermercado, y eso es por subvenciones que no se pagan", argumenta Xisco Mascaró, presidente de los agricultores de PIMEM, al que las cuentas le salen cada día peor. "Un ternero que hoy vale 60 euros, hace 30 años se pagaba por 35.000 pesetas [más de 200 euros]", se queja Xisco. Sabe que a él le toca apretar los dientes, aunque nadie seguirá sus pasos: "Si saliese otro Plan de Abandono [que permitía a los agricultores dejar sus explotaciones a cambio de dinero] no quedaría nadie en el campo".

¿Hacia la extinción?

Y la extinción es el negro futuro que teme uno de los pocos sectores que aportan tecnología a Mallorca: el de producción audiovisual, ahogado por deudas millonarias de IB3 y temeroso de que el cierre de televisiones prometido entierre a las productoras. "El pago de las deudas de IB3 anteriores al 1 de enero de 2010 está bloqueado. Son 22 millones. Esperábamos cobrarlo, pero IB3 presentó un plan de viabilidad para pagar y no le dieron el visto bueno en Economía. Esperamos que el PP lo reconsidere, porque de ese dinero dependen empresas y trabajadores. Somos 60 productores y algunos les deben millones", recalca Paco Berga, presidente de la Asociación de Productores, que teme que el sector corra la misma suerte que en Murcia, donde un recorte drástico en la tele pública arrasó a "todos los productores murcianos".

Para otros la amenaza no es de extinción, pero casi. Pueden jurarlo las academias de formación, castigadas por meses a la espera de parné que nunca llega. En algunos centros tienen pendientes facturas del curso 2008-2009. Y eso son dos años sin cobrar, que generan situaciones a caballo entre lo ridículo y lo dramático, como la historia de los alumnos llevando su harina a clase de pastelería. "Tenemos programas de formación de peluquería del curso 2008-2009 que no se han pagado. Y lo mismo le pasa a otras asociaciones como la de comerciantes", comenta Rubio, que, además de presidir PIMEM, lidera la patronal de las peluquerías y estética. De ahí las quejas de las academias, que ya denunciaron en noviembre que el Govern les daba menos de lo facturado y con retrasos de año y medio.

Sustos inminentes

Y lo peor de la situación es que puede empeorar. Porque hay sustos por llegar. Algunos aparecerán por sorpresa. Otros se ven venir: desde la distancia que dan los meses que faltan para octubre, los farmacéuticos avisan de que para entonces se habrá acabado el dinero presupuestado por el Govern para pagar medicamentos. "Van a faltar entre 50 y 54 millones de euros para acabar el año", resume Eloy Villar, que lleva las cuentas en el Colegio Farmacéutico y ya vivió una situación similar el año pasado con presupuestos idénticos. Solo que esta vez la situación es peor. "El año pasado presupuestaron una cifra irreal y el dinero se acabó en septiembre con lo que se quedaron sin presupuesto para los medicamentos de los últimos tres meses. Nos dejaron a deber 28 millones, que pagaron en enero. Este año está presupuestada la misma cantidad irreal, o eso suponemos [el Govern se ha negado amostrar los presupuestos en vigor], pero con 28 millones ya cargados a este año correspondientes al pasado, así que no va a llegar"

Primera acción del PP, gastar

Es decir, ni hay dinero en la caja (el Govern debe 4.732 millones y el agujero crece a razón de 100 millones de déficit más gastos financieros al mes), ni quienes hasta ahora financian los servicios públicos trabajando sin cobrar están dispuestos a seguir haciéndolo. Y en estas llega el PP, cuya primera medida de austeridad será gastar dinero público: el president entrante ha anunciado que encargará auditorías externas para comprobar el estado de las cuentas. La segunda medida económica la anunció Rajoy en su primera rueda de prensa del año, que cayó en 1 de junio: el PP impondrá un techo de gasto a las comunidades, que se verán aún más constreñidas a la hora de manejar sus finanzas.

Y si sin techo de gasto no se paga, imaginen con él, avisa Miguel Ángel Romero desde UGT. "Tendrán que hilar fino. ¿Quieren los ciudadanos escoletas que caen a trozos o que no haya transporte escolar, o que haya que esperar meses para ir al médico? No creo. Pero mantener eso no es compatible con bajar impuestos, como han dicho en el PP. Tienen que mantener los servicios y el empleo públicos porque son indispensables"

¿Cómo lo hará el PP? De momento solo se sabe que Bauzá renunciará al compromiso adquirido de aprobar los presupuestos de este año, que son una prórroga de los de 2010, y lanzará una "ley de medidas urgentes" cuyo contenido no ha hecho público. De que en él haya algo más que promesas dependerá el futuro de cientos de empresas de la isla.