Un año de prisión, que se sustituye con una multa económica de casi 10.000 euros, es la pena que deberá cumplir Juan A.V., el empresario propietario del solar de Son Anglada donde se arrojaron toneladas de residuos, muchos de ellos medicamentos usados del hospital de Son Dureta. El acusado tenía la concesión para recoger dichos fármacos y en lugar de reciclarlos, como exige la normativa, los arrojaba a este solar rústico de Palma. El terreno está contaminado al haber filtrado varios productos, algunos de ellos cancerígenos.

El empresario, defendido por el abogado Eduardo Valdivia, alcanzó ayer un acuerdo con la fiscalía y con el letrado de la acusación particular que representaba a los vecinos de Son Anglada. Este acuerdo se alcanzó tras haber indemnizado el acusado a los vecinos con unos 40.000 euros.

Frente a los cinco años de prisión que solicitaba inicialmente la fiscalía por un delito contra el medio ambiente, el acusado aceptó finalmente una pena de un año de prisión, pero que se sustituirá con una multa de 24 meses. Para alcanzar el acuerdo, la fiscalía aceptó las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño. En cualquier caso la sentencia le obligará a descontaminar el solar. Tendrá un plazo de seis meses para iniciar estos trabajos, que se realizarán bajo la supervisión de la conselleria de Medio Ambiente. No se conoce el precio de dicho proyecto de limpieza del terreno, pero será financiado por el responsable de su contaminación.

El acusado, que es el dueño de una empresa de recogida de residuos, utilizaba este solar de Son Anglada para abandonar material contaminante. Existía un precinto municipal que le impedía utilizar este terreno y mucho menos abandonar allí los residuos.

En el año 2006, tras una denuncia publicada en este periódico, la conselleria de Medio Ambiente y la Guardia Civil realizaron una inspección del solar. Se confirmó la presencia de vertidos y se comprobó que había montañas de medicamentos usados, la mayoría de ellos restos recogidos en el hospital de Son Dureta. La empresa no tenía autorización para gestionar el reciclaje de estos fármacos, pero se encargaba de retirarlos y después los almacenaba a la interpérie en este solar.

Un estudio técnico concluyó que el terreno de Son Anglada estaba contaminado por la presencia de metales pesados e hidrocarburos, entre otros materiales. También se hallaron restos de metales como zinc, níquel, plomo, cobre, mercurios y otros productos tóxicos. El estudio técnico sostenía que estos productos habían penetrado en el terreno y se planteaba la posibilidad de que hubieran contaminado los acuíferos. En cualquier caso, el experto llegaba a la conclusión de que el nivel de contaminación no era apto para el uso agrícola porque dificilmente las plantas podrían sobrevivir.

El acusado ha indemnizado a la asociación de vecinos por las molestias causadas.