­En su domingo de gloria, el PP ha recuperado sus poderes íntegros, y sin necesidad de utilizar la mitad de los idiomas oficiales en Balears. La derecha arrasa sin crecer en número de votos, por lo que el foco se desplaza a la insuperable capacidad de derrota del PSOE local. La debacle estatal camufla los errores socialistas en el Govern, Consell y Cort. La aplastante victoria conservadora contribuye al rastreo de designios exteriores. Una vez que Francina Armengol ha demostrado que no sabe gobernar, toma las riendas de la izquierda mayoritaria porque cada partido escoge su camino hacia la intrascendencia.

regeneración

Bauzá no puede enterrar

el hacha de guerra

Frialdad y crueldad han caracterizado el irresistible ascenso de José Ramón Bauzá. La victoria no le autoriza a enterrar el hacha de guerra que ha blandido para regenerar a su partido. Derrotar al PSOE es sencillo, y al quinto presidente del Govern le queda la fase más dura, desembarazarse de quienes le han aupado. El poder debilita, y mostrar clemencia frustraría su depuración. En cuanto afloje el sedal, se le corromperá medio partido, porque buena parte de los candidatos populares se presentan para resolver su situación personal y recalificar el rústico heredado de la abuela.

REINVENCIÓN

Tres seres anónimos reciben

el regalo de romper con su pasado

El PP ha demostrado que podía ganar las elecciones con tres candidatos cualesquiera, otro indicio de que el envite se saldaba lejos de las fronteras de Balears. La magia electoral concede a tres seres anónimos –Bauzá, María Salom, Mateo Isern– el deseo de romper con el pasado, reinventarse más allá de los cuarenta y disponer de una segunda oportunidad. El presidente del Govern ha trabajado con mayor ahínco que sus compañeros de reparto para labrarse una personalidad en las estrecheces de la campaña. La rehabilitación de la presidenta del Consell será costosa, está más cerca del Túnel de Sóller que del siglo XXI. El alcalde de Palma es una joya desde el kilómetro cero. "Llego a la alcaldía con las alforjas vacías". ¿Para llenarlas?

REduccionismo

Mallorca es

una sociedad progresista

La izquierda impotente difundió en los ochenta la crema protectora "Mallorca es de derechas". Ahora bien, el PSOE gana al PP en 1982, 1986 y 2008. Además, Félix Pons se queda a trescientos votos de Cañellas, contrapesados por la familia March. Cincuenta mil personas asisten a manifestaciones genéricas en defensa del territorio, por dos veces en una legislatura. Y sobre todo, el número de habitantes de Balears que se sitúa en posiciones progresistas dobla a los conservadores, según la misma encuesta del CIS que avanzó los arrolladores márgenes de la victoria popular. Antich/Armengol/Calvo tendrán que refugiarse en otros estribillos. Su campaña desflecada, su ausencia de realizaciones. ¿Dónde están los parques prometidos?

REPRESENTACIÓN

EL PP no sube pero,

cómo baja el PSOE

Los números templan la euforia conservadora. Un sesenta por ciento de los diputados con un 46 por ciento de los sufragios. El PP que menos crece de España, sólo dos mil de los 400 mil votos ganados en el Estado –proporcionalmente deberían ser diez mil–. La séptima comunidad en porcentaje de la derecha, porque hay ciudadanos que no olvidan los palacetes y el Cola Cao. En cambio, el PSOE ha perdido sólo 26.000 apoyos sobre la sangría de millón y medio de sus siglas estatales, cuando le corresponderían cuarenta mil bajas. Por desgracia, su caída se registró en una comunidad donde no arrancaba de cifras tranquilizadoras. El PSOE aspiraba a reconquistar el poder desde el poder, con la presuntuosidad de que había que votarles porque son de izquierdas. El elector nunca se equivoca, y si lo hace, se aplica el axioma anterior.

REPROBACIÓN

Lo que faltaba, el PP da

una lección anticorrupción

Bauzá hubiera ganado igualmente con imputados en sus listas, pero no los presentó y la extirpación enriquece su triunfo, amén de demostrar que la muy útil lucha contra la corrupción también impone medidas cautelares a los políticos no imputados. Antich hubiera perdido sin imputados en las listas, pero los mantuvo por pereza. De este modo, perdió la baza de la superioridad moral sobre los herederos del Govern más corrupto de la historia de España.

reparto

El ´lobby´ menorquín del Govern

pierde Mallorca y Menorca

Una perogrullada constata que Mallorca estaría mejor gobernada desde Menorca, vista la destrucción comparada de ambas islas. Sin embargo, Antich no contrató a los menorquines adecuados. Los poderosísimos Albert Moragues y Joana Barceló se adaptaron prodigiosamente a los modos caciquiles mallorquines, y defraudaron las esperanzas depositadas. Así fue como perdieron tanto la circunscripción que abandonaron como la que iban a mejorar.

reflujo

Qué gran excusa

ha proporcionado Zapatero

El trío derrotado mantiene que sus conciudadanos los hubieran apreciado más si no fueran socialistas. Sin embargo, Zapatero se lo dio y Zapatero se lo quitó, por lo que deben agradecerle eternamente los cuatro años de disfrute del poder sin excesivo desgaste. Cebarse en el reflujo de la marea estatal equivale a que los recién llegados del PP utilizaran como excusa la herencia recibida. A propósito, ya lo han hecho, antes incluso de examinar las cuentas.

RESURRECCIÓN

Los ojos se vuelven hacia,

y no contra, Francina

Lo lógico sería empezar los despidos por Francina Armengol, en cuanto candidata socialista menos votada. Por tanto, la fracasada presidenta de Mallorca reclama el poder en el PSOE. Hay que seguir condecorando.

retirada

Antich ha tardado ocho años

en no aprender nada

Antich se retira al Senado –donde también se cobra por no trabajar– con el título de segundo president más longevo de Balears, a una legislatura de Gabriel Cañellas. Si hubiera aprendido de su peripecia una modesta página diaria, en ocho años habría acumulado tres mil páginas de sabiduría. Con ese bagaje, hubiera sido invencible. Pocas personas han tenido el honor de desaprovechar tanto tiempo en un cargo de esa altura.

RESIGNACIÓN

Se puede votar y

mantener la indignación

La derecha se irritó al pensar que el 15-M ahogaría su triunfo, por lo que reinterpretó los resultados como un descrédito para el movimiento. Olvida que se puede votar indignado. Los principios de los acampados son aceptables fácilmente para los votantes conservadores, sin necesidad de hacerse unas rastas.