Francisco de Borja, al contemplar el cadáver ya en descomposición de Isabel de Portugal, mujer bellísima que siempre lo tuvo encelado, escribió: "No mas cobijar el alma que al sol apagarse puede; no más servir a señor que en gusano se convierte". Siglos después, pocos meses antes de la proclamación de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, un político liberal, hasta entonces monárquico, José Sánchez Guerra, echó mano de los versos del hoy santo de la Iglesia católica, para desahuciar a Alfonso XIII y proclamarse republicano. El paso dado por Sánchez Guerra, en un acto político celebrado en Valencia, se consideró casi como la puntilla al abuelo del rey Juan Carlos. Alfonso XIII murió en el exilio de Roma, porque el general Franco jamás albergó ni tan siquiera la remota intención de reponerlo en la Jefatura del Estado, que detentó encantado hasta su fallecimiento.

"No más servir a señor que en gusano se convierte". El PSIB (se olvida de sus siglas y se queda en PSOE cuando llegan elecciones) seguro que ha calibrado que el presidente Rodríguez Zapatero es a estas alturas un cadáver político en franca descomposición poseedor de la maldita cualidad de los cadáveres de su especie: la de necrosar las expectativas electorales del partido al que pertenecece; semejante situación ha hecho que los estrategas del PSIB, de haberlos, lo que puede ser puesto seriamente en duda, dando ya por perdida la contienda, hayan optado por trasladar fuera de Palma el acto central de su campaña, lo que de contar con una aceptable salud electoral no ocurriría.

En la izquierda cunde el desánimo: se es consciente de que lo tienen francamente mal. Solo así se explica que algunos eslóganes de su campaña sean tan friquis como para pedir que se vaya a votar "porque Luis está en coma y no puede hacerlo", y se remate semejante falta de sensibilidad afirmando que "una cafetera no va a votar". Es la exhibición de la impotencia. Desterrar a Zapatero a la "part forana" y encomendarse a anuncios como éste provoca un desánimo imposible de ser conjurado en los días que restan hasta que las urnas anuncien las mayorías absolutas del PP detectadas por todas las encuestas.

Nunca hay que descartar los milagros: los hay que desafían las leyes físicas conocidas. Pero el milagro que necesita el PSIB, reitero: ahora PSOE, no creo que ningún oráculo lo haya anunciado. "Vae victis", ay de los vencidos, sentencia la máxima latina: pues eso es lo que le aguarda al PSIB. Seguro que entre ellos guerrearán a muerte por sus despojos. Siempre ha estado en su naturaleza el acuchillamiento mútuo.