­Estaban convocados alrededor de 8.000 negocios, pero apenas un centenar de empresarios acudieron ayer a la protesta del sector de la hostelería contra la ley antitabaco y las cuantiosas pérdidas económicas que aseguran están sufriendo desde su entrada en vigor. Lo que se preveía que iba a ser un cierre generalizado de los bares, restaurantes y cafeterías apenas se notó pues fueron muy pocos los que bajaron la persiana y renunciaron al jornal de una tarde para sumarse a la movilización.

La manifestación comenzó pasadas las seis de la tarde en la Plaza Mayor de Palma y fue convocada por las dos patronales de restauración de las islas, la de CAEB y la de PIMEM, quienes cifraron la asistencia en 600 personas. También se sumaron a la protesta entidades como la Asociación de Agencias de Viajes (AVIBA), la patronal de salas de juego y bingos, la Asociación de Comerciantes Turísticos (ACOTUR) y la Federación Hotelera, entre otros.

Pilar Carbonell, presidenta de la patronal de restauración de CAEB, estimó, fijándose en las bajas de autónomos registradas, que en los últimos meses han desaparecido alrededor de 460 negocios y aseguró que la situación es "insostenible". Según leyó en el manifiesto final y como rezaban las pancartas "la prohibición total es la ruina del sector". Carbonell señaló que la situación de cada establecimiento es diferente, y que no lo están viviendo igual los que tienen terraza, por ejemplo, que un bar de un pueblo del interior de la isla. Estimó que las pérdidas pueden estar entre el 15 y el 40% y pidió por ello al Gobierno "una rectificación".

Juan Cabrera, homólogo de Carbonell en PIMEM, reclamó que dejen elegir a los empresarios, como se hizo con la legislación anterior cuando los locales podían acondicionar zonas para fumadores si cumplían con un mínimo de metros. Las cifras que maneja la patronal de bingos y salas de juegos también son muy negativas. Eusebio Cano, presidente de este grupo, explicaba que el año pasado estos negocios pagaron 12 millones de euros en impuestos. "Este año la comunidad sólo podrá ingresar cinco millones", indicó Cano, quien advirtió que ya están proliferando los negocios de timbas ilegales. Marilén Pol, presidenta de la Federación Hotelera, acudió a la protesta "porque el sector turístico tiene que estar más unido que nunca" y porque "la prohibición también afecta a aquellos hoteles que están abiertos todo el año".

¿Qué proponen? Lo resume José Tirado, presidente de ACOTUR: "Combinar el respeto y el derecho a no fumar con la posibilidad de fumar, que estén las dos opciones, los negocios están preparados y así podrían amortizar las obras que hicieron hace tres años", indicó Tirado, para quien "el 80% de los bares que no tienen terraza están condenados".

Bajo los gritos de "Queremos fumar" y "Queremos libertad", la marcha transcurrió sin incidencias desde la Plaza Mayor hasta Delegación de Gobierno. Allí, frente a unas puertas cerradas, Carbonell, rodeada de dos cigarros gigantes y de ceniceros puestos para la ocasión, leyó un manifiesto en el que, entre otras cosas, criticó la "hipocresía de la ministra de Sanidad, Leire Pajín, que al tiempo que aprobaba esta ley autorizaba la instalación de 14.000 nuevos puntos de venta de tabaco".

"La ley hipócrita de Pajín y ZP", lucían algunos en su pancarta; "la prohibición total es la ruina del sector", anunciaban otros. Algunos aventuraban que "si la hostelería cierra, Balears cierra".