Cerca de 100.000 trabajadores isleños de hostelería, restauración y salas de fiesta van a ver como sus salarios aumentan este año un 4,1%, en una revisión que tiene que suscribirse el próximo lunes entre patronales y sindicatos. Pero algunos de los empresarios sujetos a este acuerdo han anunciado ya que les resulta inasumible, lo que deja la puerta abierta a la conflictividad laboral.

El convenio colectivo de hostelería es el más importante de Balears, tanto por el número de asalariados como por la importancia de los sectores a los que vincula, como el hotelero o el de bares y restaurantes. El acuerdo pactado en 2008 contemplaba para este año un aumento salarial equivalente al IPC interanual de marzo, que se ha cerrado con un 3,6%, más medio punto. Es decir, una subida en las retribuciones del 4,1%.

De esta forma, el salario base en el sector queda situado en un mínimo de 1.090,9 euros mensuales para las categorías profesionales más bajas, hasta un máximo de 1.561,6 euros para las más altas, a lo que deben sumarse los pluses de nocturnidad. Además, están las retribuciones relacionadas con las horas extras, por citar un ejemplo.

Pero la elevada inflación ha pillado por sorpresa a muchos empresarios, que no se esperaban tener que afrontar en plena crisis semejante aumento en sus costes a causa de una inflación muy superior a la inicialmente prevista. Y las voces más críticas proceden de las patronales de restauración de PIMEM y CAEB. Sus presidentes, Juan Cabrera y Pilar Carbonell respectivamente, han advertido que para la mayoría de bares y restaurantes una subida salarial del 4,1% resulta totalmente inasumible en estos momentos por la caída en sus ingresos, y se defiende la necesidad de renegociar a la baja el citado incremento en cada empresa.

Además, Carbonell y Cabrera subrayan que ya no se puede demorar más la desvinculación del sector de la restauración del convenio de hostelería, al considerar que sus necesidades son muy diferentes a las de los hoteleros.Ambos presidentes reconocen que el principal obstáculo para que la restauración cuente con su propia regulación son los sindicatos. "Saben que la mayoría de los negocios cuentan con pocos trabajadores, y esa atomización de las plantillas hace que la representación sindical sea baja", se señala.

Pero en opinión de ambos representantes empresariales, la necesidad de contar con un convenio propio resulta imperiosa. "Los hoteleros pueden fijar un horario en su servicio de comedor, pero los restaurantes y bares estamos obligados a dejar al cliente satisfecho, y no cerramos hasta que éste no abandona el local. Por eso no podemos regular de la misma forma estos temas", destaca Cabrera.

La presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, Marilén Pol, afirma que aplicar en estos momentos una subida salarial del 4,1% resulta complicado, dado que también se han encarecido el suministro energético, las materias primas y la fiscalidad, y todo ello con unos precios pactados con los tour operadores sin apenas incrementos. Pero Marilén Pol reconoce que se trata de un punto que estaba pactado y defiende su cumplimiento, con la excepción de aquellas empresas que pueden ver en peligro su viabilidad. Y en este aspecto, recuerda que el propio convenio contempla las condiciones para que un empresario se descuelgue del acuerdo si tiene problemas.

En cualquier caso, los representantes de las federaciones de hostelería de UGT y CCOO en las islas, Antonio Copete y Ginés Diez respectivamente, advierten que si alguna patronal intenta desvincularse de un convenio ya firmado se va a enfrentar a la inmediata convocatoria de huelgas en plena temporada turística. Además, se recuerda que en 2009 el aumento salarial fue solo del 0,4% "y nadie se quejó en ese momento".