Todo son ventajas en la cirugía mayor ambulatoria, si la complejidad de la intervención permite acogerse a esta modalidad de operación que, en el mismo día, te soluciona el problema sanitario y por la noche ya duermes en tu casa.

"Se evita la incomodidad de la estancia hospitalaria y disminuye el riesgo de las infecciones nosocomiales", proclamaba ayer las ventajas de la denominada cirugía mayor ambulatoria (CMA en adelante) el coordinador de esta nueva unidad en Son Espases, el anestesista Pedro Benito.

Desde su entrada en funcionamiento, en enero de este año, la unidad de CMA del nuevo centro sanitario de referencia de las islas ha practicado 1.133 intervenciones quirúrgicas. "En la actualidad estaremos realizando del orden de 35 operaciones diarias y el objetivo es que, cuando estemos a pleno rendimiento, el número ascienda a unas 45 por jornada", continuó el responsable de la unida. La actividad de ésta comienza a las 7.30 de la mañana y concluye a las diez de la noche.

Este departamento se ubica en una superficie de 2.200 metros cuadrados de la planta menos uno del nuevo hospital, donde está ubicado el bloque quirúrgico de cuatro quirófanos a los que hay que sumar los tres ya existentes que se dedicaban a esta especialidad en el hospital asociado de Verge de la Salut.

A diferencia del viejo Son Dureta, la unidad de CMA es una unidad autónoma y su gestión y organización es totalmente independiente de la del resto del hospital, hecho que le permite ganar agilidad y efectividad.

Para poder entrar en el programa de CMA hay que cumplir una serie de criterios que previamente marcan diferentes profesionales como el cirujano, el anestesiólogo y el diplomado de enfermería. Así, sólo pueden ser intervenidos en esta unidad aquellos pacientes que no necesiten un preoperatorio complejo, un tratamiento endovenoso posterior o aquellas operaciones que no comporten una gran pérdida de sangre o tengan una duración superior a la hora y media.

Sólo se atenderá a pacientes sin patologías de base grave y a aquellos que dispongan de un adulto responsable que se pueda hacer cargo de ellos al menos en las veinticuatro horas posteriores a la intervención, según se estipula en los criterios de selección.

"Cataratas, hernias inguinales, operaciones de fimosis en los casos infantiles, varices o cirugía maxilofacial", enumeró algunas de las intervenciones más frecuentes la supervisora de la unidad, Margalida Rayó.

"También realizamos operaciones o exploraciones odontológicas a pacientes con síndrome de down remitidos por el Hospital General que, por sus especiales características, requieren de sedación previa para llevarlas a cabo", añadió la supervisora.

"Esta unidad permite liberar recursos para la cirugía mayor con ingreso hospitalario al tiempo que nos beneficiamos y nos sentimos arropados por el resto de los quirófanos del hospital", se congratuló el coordinador Pedro Benito. La unidad cuenta, aparte del bloque quirúrgico con cuatro quirófanos, con un área de secretaría y admisión, una sala de espera, tres consultas externas de valoración preoperatoria (dos de enfermería y una de anestesia), un vestidor para los pacientes, una zona de preparación preoperatoria, una sala de adaptación al medio con diez boxes y camas y una zona de despertar postquirúrgica. "Los pacientes están entre siete y diez horas con nosotros", concluye Pedro Benito.